Anglada marcha feliz a la Isla

José Luis Salmerón,
Especial para Granma

TAICHUNG, Taipei de China.—Este martes, al filo de las 17:00 horas de aquí (16:00 en Cuba) tomará la nave en ruta Hong-Kong, París y La Habana. Más de 24 horas sobre alas.

"No tengo miedo volar, pero es mucho tiempo y agota", expresó Rey Vicente Anglada, irradiando felicidad, gracias al triunfo obtenido en la XVI Copa Intercontinental de Béisbol.

Holanda finalmente, en discusión inusual, fue su rival, contra el que abrió (3x2) y cerró (6x3), una película de once duros rollos.

"Lo había pronosticado y no me equivoqué. Víctor me alertó y pude comprobarlo en el debut. En la final nos sacó tremendo susto", afirmó.

Reconoció que los holandeses, muchos de ellos curtidos, han mejorado sus desempeños y cuentan con un lanzador que tiene en su memoria, la talla de los bateadores cubanos...

"Rob Cordemans, quien abrió los dos partidos y le hicimos tres, (exactamente en once y un tercio, nueve hits), dominó muy bien en el decisivo. Jugaron mal y logramos empatar en el séptimo, cuando no estaba", aclaró, como si estuviera mirando el emocionante pleito, que tuvo en vilo a toda Cuba en un amanecer beisbolero, al estilo de Alfred Hitchcock.

El comportamiento de sus hombres salió a relucir:

"En el mundo no hay equipo con esta garra. Cuando Holanda empató ante Frank Montieth en noche de gala (ocho ponches en 8.2), con su slider y curvas haciendo estragos, se crecieron como solo hacen los grandes, esa es la fórmula para mantener el permanente paso ganador."

Anglada dijo no haber sentido preocupación con el revés sufrido frente a Taipei... "Los equipos de pelota de Cuba jamás han perdido dos veces seguidas y estaba seguro que nos desquitaríamos, aunque no fue fácil", afirmó.

Taipei logró estabilizarse y se convirtió en un rival difícil, su lanzador derecho de Triple A, Tseng Sung-Wei, fue otro al que no pudieron descifrarle su variado repertorio, en 8.1, siete hits, una limpia y seis ponches. "Ese nombre no se me olvidará. Es muy bueno".

Elogió las actuaciones de todos, pero diferenció a Yoandry Urgellés, un jardinero que llegó para quedarse, oportuno al bate, con poder y mucha seguridad en momentos cruciales, no por gusto fue elegido el Más Valioso; Osmany Urrutia, Frederich Cepeda y Giorvis Duvergel, hombres que nacieron para darle a la pelota con tremendas ganas.

"Cada jugador cumplió, incluso los que comenzaron mal, como Gourriel y Paret, un guante con estatura de bateador. El pitcheo demostró su profundidad, y Lazo su entrega y disposición por la causa. Estamos acostumbrados a no perder y cada vez que esto ocurre se nos viene la casa encima, algo que molesta a los jugadores."

Para concluir manifestó que la XVI Copa enseñó un nivel muy parejo, las excepciones Cuba y Filipinas, salvando la distancia.

"Mucho hay que trabajar en todos los niveles para asegurar relevos. No podemos dormirnos, lo que no hacen los profesionales. Llego feliz con la décima Copa."

 

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