TAICHUNG,
Taipei de China.—Este martes, al filo de las 17:00 horas de aquí
(16:00 en Cuba) tomará la nave en ruta Hong-Kong, París y La Habana.
Más de 24 horas sobre alas.
"No tengo miedo volar, pero es mucho tiempo y agota", expresó Rey
Vicente Anglada, irradiando felicidad, gracias al triunfo obtenido
en la XVI Copa Intercontinental de Béisbol.
Holanda finalmente, en discusión inusual, fue su rival, contra el
que abrió (3x2) y cerró (6x3), una película de once duros rollos.
"Lo había pronosticado y no me equivoqué. Víctor me alertó y pude
comprobarlo en el debut. En la final nos sacó tremendo susto",
afirmó.
Reconoció que los holandeses, muchos de ellos curtidos, han
mejorado sus desempeños y cuentan con un lanzador que tiene en su
memoria, la talla de los bateadores cubanos...
"Rob Cordemans, quien abrió los dos partidos y le hicimos tres,
(exactamente en once y un tercio, nueve hits), dominó muy bien en el
decisivo. Jugaron mal y logramos empatar en el séptimo, cuando no
estaba", aclaró, como si estuviera mirando el emocionante pleito,
que tuvo en vilo a toda Cuba en un amanecer beisbolero, al estilo de
Alfred Hitchcock.
El comportamiento de sus hombres salió a relucir:
"En el mundo no hay equipo con esta garra. Cuando Holanda empató
ante Frank Montieth en noche de gala (ocho ponches en 8.2), con su
slider y curvas haciendo estragos, se crecieron como solo hacen los
grandes, esa es la fórmula para mantener el permanente paso
ganador."
Anglada dijo no haber sentido preocupación con el revés sufrido
frente a Taipei... "Los equipos de pelota de Cuba jamás han perdido
dos veces seguidas y estaba seguro que nos desquitaríamos, aunque no
fue fácil", afirmó.
Taipei logró estabilizarse y se convirtió en un rival difícil, su
lanzador derecho de Triple A, Tseng Sung-Wei, fue otro al que no
pudieron descifrarle su variado repertorio, en 8.1, siete hits, una
limpia y seis ponches. "Ese nombre no se me olvidará. Es muy bueno".
Elogió las actuaciones de todos, pero diferenció a Yoandry
Urgellés, un jardinero que llegó para quedarse, oportuno al bate,
con poder y mucha seguridad en momentos cruciales, no por gusto fue
elegido el Más Valioso; Osmany Urrutia, Frederich Cepeda y Giorvis
Duvergel, hombres que nacieron para darle a la pelota con tremendas
ganas.
"Cada jugador cumplió, incluso los que comenzaron mal, como
Gourriel y Paret, un guante con estatura de bateador. El pitcheo
demostró su profundidad, y Lazo su entrega y disposición por la
causa. Estamos acostumbrados a no perder y cada vez que esto ocurre
se nos viene la casa encima, algo que molesta a los jugadores."
Para concluir manifestó que la XVI Copa enseñó un nivel muy
parejo, las excepciones Cuba y Filipinas, salvando la distancia.
"Mucho hay que trabajar en todos los niveles para asegurar
relevos. No podemos dormirnos, lo que no hacen los profesionales.
Llego feliz con la décima Copa."