La reciente Asamblea Parlamentaria cubana sobre la marcha de los
acuerdos forjados al marco de la Alternativa Bolivariana para las
Américas (ALBA) mostró algunos de los resultados de la aplicación de
los principios de una verdadera integración.
Evidente es, en la historia de Latinoamérica, la ausencia de
cualquier otro ejemplo de un programa con tan alta incidencia social y
económica basada en la cooperación y la solidaridad que haya alcanzado
la materialización de importantes proyectos en tan corto tiempo.
Al pronunciar las palabras iniciales de la audiencia, el diputado
Osvaldo Martínez, presidente de la Comisión de Asuntos Económicos de
la Asamblea Nacional del Poder Popular, describió claramente las
razones del surgimiento del ALBA.
Explicó que el colonialismo dejó en las naciones de la subregión
estructuras similares con el sello de ese sistema, las cuales llevaron
siempre al fracaso de los intentos integracionistas por la penetración
salvaje de los capitales extranjeros, entre otras razones.
La necesidad de esa integración en un mundo donde existen grupos
económicos regionales y las posibilidades otorgadas por una lengua
común para 500 millones de personas, ayudaron al nacimiento del ALBA
frente a la anexión representada por la norteamericana ALCA, añadió.
Recordó también que los esquemas tradicionales apenas buscan
promover el comercio hacia la potencia representada por Estados Unidos
en una carrera muchas veces suicida, se abandona el trato preferencial
a los países de menor desarrollo así como la idea de la integración
concebida como unidad política preconizada por Simón Bolívar y José
Martí.
Los informes presentados posteriormente en la Audiencia demostraron
los éxitos hasta ahora alcanzados por lo que fue catalogado como
proyecto emancipador para América Latina.
Al viceministro para la Inversión Extranjera y la Colaboración
Económica Ramón Ripoll le correspondió hablar sobre el estado de
cumplimiento de los convenios suscritos al amparo del ALBA tras su
nacimiento como propuesta del presidente venezolano, Hugo Chávez.
El impulso inicial fue dado por Cuba y Venezuela con la
consolidación de los acuerdos de suministro petrolero a la Isla y la
contrapartida significada por la cooperación cubana en los campos de
la atención médica, la educación y el deporte.
Ello se extendió al asesoramiento de la isla antillana en la
industria azucarera con vistas al plan venezolano de lograr su
autoabastecimiento así como en el campo energético, el intercambio
científico y en el desarrollo agropecuario.
Las estadísticas fundamentales en el área de salud pública fueron
proporcionadas por Elia Rosa Lemus, funcionaria de ese ministerio,
quien señaló existen ya ocho mil puntos médicos funcionando en Barrio
Adentro, la fórmula que permite la atención gratuita de millones de
venezolanos residentes en zonas humildes.
Ello se une al funcionamiento de 261 centros de diagnóstico
integral de un total de 600 planificados contando con salas de terapia
intensiva y rehabilitación en lugares donde nunca había llegado un
medico.
Igualmente, 341 salas de rehabilitación y nueve centros de alta
tecnología y tres mil puntos de estomatología se complementan con 31
mil venezolanos estudiando medicina junto a los especialistas cubanos
en Barrio Adentro.
Estudiantes de 12 países se encuentran becados en Cuba bajo la
concepción de que ser médico del ALBA significará la dedicación a
cuidar de la salud de los pobladores más pobres en sus respectivas
naciones.
Los datos sobre la Operación Milagro constituyen suceso importante
y casi medio millón de pacientes de 28 Estados ya recuperaron o
preservaron su visión mediante operaciones gratuitas realizadas en
hospitales de la isla caribeña o en los instalados en sus propios
países con asesoría de Cuba.
La trascendencia de esta actividad la muestra el hecho de que uno
de cada 87 venezolanos se benefició de la Operación Milagro, al igual
de uno de cada 213 bolivianos y uno de cada 60 habitantes de Antigua y
Barbuda.
En el ámbito de la educación, Luis Ignacio Gómez, ministro del
ramo, destacó que las grandes potencias mantienen su negativa a
aportar los fondos acordados para contribuir a la erradicación del
analfabetismo y eso hace que la UNESCO haya reconocido que se arribará
al 2015 con el mismo número de analfabetos de hace varios años.
Mientras tanto, el método cubano Yo Sí Puedo se aplica en un total
de 22 países, entre ellos, Mozambique, El Salvador, Nueva Zelandia,
Colombia, Granada, Guyana, Timor Leste y Sudáfrica, además de
Venezuela y Bolivia.
Ese método recibió ya tres reconocimientos de la UNESCO y el Premio
de Alfabetización otorgado por esa instancia e incluso los videos
utilizados para impartir las clases están grabados en seis versiones
de español respetando los localismos de cada nación, así como en
inglés, portugués, aymará, quechua y guaraní.
Sólo en Venezuela, debe señalarse que 800 mil de los alfabetizados
se graduarán este mismo año de sexto grado tras un curso intensivo y
otros 600 mil estudian el bachillerato, a la vez que medio millón de
jóvenes realizan cursos universitarios.
Paralelamente, en Bolivia, casi un cuarto de millón de personas
están alfabetizándose y 29 mil ya dejaron de ser iletrados, de acuerdo
con el informe del ministro.
Esos fueron algunos de los logros del ALBA mostrados durante la
audiencia que, sin duda, representan un ejemplo de lo alcanzado y el
camino a recorrer por muchas de las naciones latinoamericanas.