Veinte
conciertos por la geografía de la región española de Navarra, este
otoño, dieron testimonio de la nombradía internacional del Orfeón
Santiago, una de las más emblemáticas agrupaciones polifónicas
cubanas.
De regreso a Santiago de Cuba, su director, el venerable Electo
Silva, no solo mostró satisfacción por los resultados del periplo,
sino también desplegó nuevos bríos en ocasión del cuadragésimo
aniversario de la coral.
En la sede de la agrupación, dieron vida a una composición del
maestro con versos del poeta Alex Pausides que rezan: "Hoy amanecí
locamente enamorado / de mi isla, clara isla / de dicha. / Mi voz
vino de la vida / mi voz trajo un árbol / florecido del pasado. / Mi
voz madura en la mañana / dulce como un mango de junio, / mi voz".
Para Electo fue particularmente estimulante compartir en la
ciudad de Alzazúa un taller que reunió a 70 directores de coros, en
el cual junto al músico español Javier Bustos y el compositor y
director Dante Andreo, de Argentina, reflexionó sobre la música
coral latinoamericana de los siglos XVII y XVIII.
Se trata de que el fundador del Orfeón santiaguero insiste en la
integralidad de los repertorios vocales, sobre la base de una
búsqueda incesante de nexos entre la tradición y la
contemporaneidad.
Sin el estudio de esa tradición, según Electo, es imposible la
comprensión de las necesidades expresivas de los arreglos corales de
nuestros días, en los que destacan, en el caso del colectivo
santiaguero, versiones de Gracias a la vida, de Violeta
Parra, y Juramento, de Miguel Matamoros, piezas que
conmovieron al público español.