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El ex guerrillero Edén Pastora, quien en las recién concluidas
elecciones presidenciales de Nicaragua compitió por una alianza
evangélica, exhortó hoy al resto de los candidatos perdedores a
reconocer la victoria del sandinista Daniel Ortega.
Ahora es el momento de que demuestren si son verdaderamente
demócratas, declaró el "Comandante Cero" este martes en un programa
matutino del canal 12 de la televisión local.
Computados casi el 62 por ciento de los colegios, Ortega ostenta
una ventaja de más de siete puntos sobre su más cercano rival, con lo
que se convierte en el virtual presidente electo de Nicaragua.
Todos los pronósticos coinciden en que esa tendencia se mantendrá
hasta el resultado final, el cual será anunciado este martes.
En Nicaragua se gana la presidencia con el 35 por ciento de los
votos válidos, siempre y cuando exista una ventaja de cinco puntos
sobre el segundo lugar.
Pastora, quien según los conteos preliminares no obtuvo ni siquiera
el uno por ciento de los votos, reconoció ayer la victoria de Ortega,
pero el resto de los candidatos anunciaron que esperarán hasta que se
contabilice el último voto para admitir la derrota.
Además de Pastora, postulado por la Alternativa por el Cambio, en
las elecciones del domingo pasado compitió el ex banquero Eduardo
Montealegre, de la Alianza Liberal Nicaragüense, y José Rizo, del
Partido Liberal Constitucionalista, ambos de derecha.
En la contienda también participó el economista Edmundo Jarquín,
quien como candidato del Movimiento Renovador Sandinista se autodefine
como de centroizquierda.
El "comandante Cero", grado que obtuvo como combatiente del Frente
Sandinista de Liberación Nacional en los años 70 del siglo pasado,
antes de pasarse a las filas de la contrarrevolución poco después del
triunfo, no descartó trabajar con el futuro gobierno de Ortega.
Pastora, quien desarrolló una campaña electoral relativamente
modesta comparada con la del resto de los candidatos, reveló que se
encontraba en la bancarrota, por lo que se regresará ahora a su
antiguo oficio de pescador para intentar resarcirse de las pérdidas.