La campaña electoral para las
llamadas elecciones de medio término en Estados Unidos entra hoy en su
etapa final con una aparente ventaja para el Partido Demócrata
propulsado por el tema iraquí y la marcha de la economía.
Iraq, la estrategia de guerra, el número de bajas mortales,
cercanas a 100 durante octubre, y una posible retirada, son
ingredientes de un mismo problema que amenaza con desbancar al Partido
Republicano del control congresional conseguido en 1994.
Todo apunta a que los comicios se convertirán en un referendo sobre
la decisión cada vez más impopular del presidente George W. Bush de
invadir Iraq en 2003.
Contra la tradición, varios analistas coinciden en señalar el
problema en la nación del golfo Pérsico como el tema central y motor
de estas elecciones, en las cuales se debían tener en cuenta
esencialmente los problemas locales.
El 58 por ciento de los estadounidenses estima que la Casa Blanca
hace un mal manejo de la guerra en el país árabe, a la vez que embarcó
los esfuerzos iniciales de enfrentar el desafío del terrorismo, lo que
cada vez convence menos a los votantes.
Análisis y estimados de inteligencia evidencian que fue un error la
agresión y que esto desvió la lucha y los recursos para enfrentar las
presuntas amenazas terroristas, lo que pudiera terminar de fijar el
voto contra los republicanos en esta semana.
Ciertamente la guerra es el principal problema que enfrentarán los
aspirantes republicanos, en al menos 10 de los 50 estados, donde
consideraban los asientos seguros.
En la actualidad, el 58 por ciento de los votantes manifiestan su
apoyo a los demócratas contra un 37 por los republicanos, según un
sondeo de la revista Newsweek; resultado que se deben sobre todo a los
errores cometidos por la Casa Blanca en Iraq.
El sábado, sin embargo, Bush afirmó que su partido conservará la
mayoría en el Congreso y acusó a los demócratas de darle la espalda a
la seguridad de los ciudadanos, en la última etapa de su campaña
electoral.
Controlaremos la Cámara de Representantes y el Senado de Estados
Unidos después del 7 de noviembre, puntualizó en su primer acto
público de la campaña.
Sin embargo, Iraq, la economía, los escándalos de corrupción y
abuso sexual que sacuden el Capitolio, apuntan a poner fin a los 12
años de la llamada revolución republicana, y a la pérdida del control
no sólo de la Cámara sino también del Senado.