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La importancia de una estocadita
Por una sola las chicas de la espada quedaron
en plata y no en oro,
y las del sable en bronce y no cuartas
Rafael Pérez Valdés
rafael.p@granma.cip.cu
No
son pocas la veces en la esgrima, incluso en asaltos muy reñidos, en
que usted hasta pudiera haberle regalado una estocadita a su rival.
Ahora no ocurrió así en el Panamericano, el cual se ha estado
disputando en la ciudad venezolana de Valencia: ¡por una sola las
chicas de la espada quedaron en plata y no en oro, y las del sable
en bronce y no cuartas!
En el duelo de las de la espada no hubo muchos "pinchazos": se
decidió apenas por un 18-17 (es más frecuente que el ganador llegue
a 45 golpes), lo cual dejó con el título a la representación
canadiense, y las preseas de plata en Zuleydis Ortiz, Eimey Gómez y
Yamilka Rodríguez. La discusión del bronce se definió así: Estados
Unidos 45-Venezuela 41.
Y en el sable por equipos se vivió otro momento tenso de la
creciente rivalidad esgrimística entre Cuba y Venezuela: las
nuestras lograron imponerse por 45-44, con elenco formado por Ana
Fáez, Mailyn González y Haydis Márquez. El 20 de julio pasado, en
los XX Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena, vimos a un
mismo ganador. Fáez empezó el último match abajo con pizarra de
38-40 y la dejó en¼ 45-44.
El oro ayer perteneció a las sablistas estadounidenses, quienes
vencieron a las canadienses, 45-25.
LA MISMA RECETA
Canadá ganó también el florete masculino, según nota que pudimos
leer en la edición digital del diario El Carabobeño, al imponerse a
los estadounidenses, y por el bronce los venezolanos controlaron a
los brasileños, en ambos casos por 43-42 y 42-41; es decir, también
por¼ ¡una estocadita!
Ese desempeño de nuestras sablistas las clasificó para los Juegos
Panamericanos de Río de Janeiro’07, lo cual no ocurrió en el caso de
las "espadachinas" porque esa modalidad no se encuentra en el
programa de esa justa, que sigue lo establecido para los Juegos
Olímpicos de Beijing’08.
La jornada anterior dejó medallas de plata y bronce en la espada
masculina, gracias a Andrés Carrillo y Guillermo Madrigal (dominados
por el canadiense Igor Tikhomirov, quien los venció en final y
semifinal, respectivamente), y una de bronce en el florete femenino,
de Adriagne Ribot (se coronó la estadounidense Emily Cross).
"El objetivo aquí ha sido clasificar, y lo hemos logrado, ganando
además varias medallas, para multiplicar y mejorar después en los
Juegos Panamericanos de Río. Además hemos podido estudiar a los
adversarios", comentó en un correo electrónico el metodólogo
Rigoberto Morejón.
Una curiosidad: en la espada el venezolano Rubén Limardo (campeón
del prepanamericano, y décimo esta vez), quien ha competido en La
Habana, tuvo que eliminar a Francisco¼ ¡su propio hermano! |