La reciente sucesión de episodios
violentos en varias escuelas estadounidenses, que dejó media docena de
muertos, induce hoy una seria preocupación entre autoridades y
sociólogos del norteño país.
A juicio de Nadine Kaslow, psicóloga principal de la Facultad de
Medicina Emory de Atlanta, los tiroteos mortales de las últimas
semanas han planteado nuevas preguntas acerca de la seguridad en los
planteles estudiantiles.
El pasado lunes un camionero desquiciado abrió fuego contra varias
niñas en una comunidad rural de Pennsylvania, y causó la muerte de
cinco alumnas.
Con anterioridad, un joven de 15 años mató con un disparo al
director de su colegio en Wisconsin, y otro delincuente en Colorado
tomó a seis estudiantes como rehenes y finalmente asesinó a una de
ellas, antes de suicidarse.
Estos incidentes fatales han provocado que líderes de opinión y
funcionarios públicos norteamericanos se inclinen por medidas para
redoblar la seguridad en las escuelas y supervisar la disponibilidad
de armas privadas.
Kaslow aconseja además establecer un programa para monitorear por
medio de estudios académicos las causas de la tensión, la depresión y
la violencia en los jóvenes.
Necesitamos examinar detalladamente qué está pasando en las aulas,
porque estamos observando que muchos niños y familias estadounidenses
están traumatizados y necesitan ayuda, apuntó la especialista en la
televisión nacional.
En opinión de Peter Hamm, del Centro Brady contra la Violencia,
también urge ejercer un mayor control sobre el arriendo o venta de
armamento a la población, pues es claro que puede llegar a manos de
sujetos inestables, dijo.
Los defensores de las armas personales deben recordar todo el
tiempo esta serie de homicidios en colegios de Estados Unidos, subrayó
Hamm.