Uno de los militares, el sargento David J. Davis, de 32 años, pereció cuando el pasado domingo realizaban una operación en la localidad capitalina de Sadr City y su vehículo explosionó al contactar con una bomba colocada en la carretera.

La otra víctima murió en un enfrentamiento armado con los rebeldes también el domingo en Bagdad, y su nombre aún no se notificó hasta tanto no se informe a sus familiares, añadió la nota.

Con estas muertes el número de militares norteamericanos caídos en Iraq asciende a dos mil 686 desde la invasión y posterior ocupación en 2003, con un promedio en este mes de más de dos por jornada.

Con la excepción del 5 de septiembre, todos los días han muerto efectivos estadounidenses en el ocupado país árabe, por lo que este mes podría convertirse en el más letal del 2006 para las tropas estadounidenses.

Entretanto, los consulados británico e iraní fueron atacados hoy con cohetes y obuses de mortero en la sureña ciudad de Basora, informó la policía.

Los proyectiles impactaron los muros protectores de ambas legaciones, aunque sin ocasionar víctimas. Un vehículo aparcado frete a la legación persa sufrió daños.

Autoridades británicas reconocieron que esas agresiones son frecuentes contra su sede, donde además se encuentran una base militar y una oficina de Naciones Unidas.

Basora, la segunda mayor ciudad iraquí y la más importante fuente de producción y exportación petrolera de Iraq, es escenario de constantes luchas por el poder entre chiítas y suitas, y de ataques insurgentes contra los ocupantes.

El portavoz de las fuerzas multinacionales asentadas allí, mayor Charlie Burbridge, señaló que un soldado británico resultó herido este lunes en un enfrentamiento contra supuestos terroristas.