Indignación mundial por cárceles secretas de EEUU
ALEXANDER G. HIGGINS
GINEBRA.—
Dirigentes de diversas partes del mundo reaccionaron el jueves con
indignación a la admisión del presidente George W. Bush de que la CIA
ha mantenido cárceles clandestinas en el exterior.
Varios legisladores europeos exigieron saber la ubicación exacta de
esos centros de detención, mientras grupos de derechos humanos
expresaron temores de que, a pesar de los desmentidos de Bush, los
detenidos sí fueron torturados.
El discurso de Bush el miércoles constituye "sólo una pequeña parte
de la verdad", dijo el senador suizo Dick Marty, quien encabezó una
investigación de la Unión Europea sobre las detenciones clandestinas.
Bush está tratando de justificar "legislación que conduzca a la
impunidad" y el uso de "técnicas alternativas" de interrogación que
podrían significar maltratos, denunció Robert Freer, de Amnistía
Internacional. Aunque Bush aseguró que "Estados Unidos no tortura",
Freer señaló que el mandatario no descartó el uso de tratos inhumanos
o degradantes.
Tales tratos podrían constituir torturas según las leyes
internacionales, dijo Kenneth Roth, director ejecutivo Human Rights
Watch.
El presidente de gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero
dijo: "La lucha contra el terrorismo sólo se puede hacer desde el
estado de derecho y la democracia. No es compatible con la existencia
de prisiones secretas".
El secretario general de la ONU Kofi Annan, quien se reunió con
Rodríguez Zapatero en Madrid, dijo: "No creo que se deba sacrificar
las libertades civiles por la lucha eficaz contra el terrorismo. Si se
nos pide ceder nuestra libertad, nuestros derechos, a cambio de
protección contra el terrorismo, ¿en realidad se nos está
protegiendo?" (AP) |