Vivas las esperanzas de clasificar entre los cuatro primeros del Grand Prix. Bochornosa actitud del director técnico Marco Bonitta

Alfonso Nacianceno, enviado especial
alfonso.gng@granma.cip.cu

REGGIO CALABRIA, Italia.— La victoria de Cuba 3-1 sobre Italia en la final del Grand Prix de voli reanimó las esperanzas antillanas de clasificar entre los cuatro primeros, mientras las anfitrionas hoy estarán entre la espada y la pared al vérselas contra China.

Rosir Calderón, por encima del triple bloqueo, marcó el punto 25 del cuarto set.

El partido era decisivo para mantener vivas las aspiraciones del cuadro capitaneado por Yumilka Ruiz de sumarse como segundo del grupo A a la semifinal de mañana, en la que se verían las caras con Brasil, invicto en la zona B y favorito para dominar a Japón, también hoy. Si clasifican o no dependerá del resultado entre las chinas y las de casa. Si las alumnas de Chen Zhonghe y titulares olímpicas derrotan a las monarcas mundiales, Cuba (1-1) pasa automáticamente a la siguiente ronda; pero si las locales (0-1) triunfan, habrá que acudir al índice de puntos a favor y en contra de las nuestras y las azzurris para determinar cuál avanza.

¡QUÉ FEA LA IRA DE BONITTA!

El triunfo 26-24, 19-25, 25-23, 25-23 echó a rodar por tierra el andamiaje montado por los organizadores de este epílogo en aras de garantizar que su equipo discuta una medalla. No hicieron el sorteo para integrar las dos series, los elencos fueron puestos con la mano al igual que el acomodo del calendario de juegos. Cuba debutó contra China, mientras Italia descansaba en esa fecha, a la espera de un revés caribeño. La primera parte del plan se cumplió, las asiáticas salieron airosas; pero el barco del entrenador bambino, Marco Bonitta, hizo aguas: pensó tomar a las nuestras cansadas y nunca imaginó que le infligirían su segunda derrota en el torneo, después del 3-1 en Taipei de China.

Airado e impotente ante el fracaso, Bonitta intentó descargar su ira contra el director técnico Luis Felipe Calderón en la rueda de prensa posterior al partido, donde fue requerido por el moderador y obligado a respetar las normas de conducta.

Ya los ánimos venían exaltados desde la conclusión del encuentro. Cuando Cuba ganaba 24-22 en el cuarto set, el árbitro principal le sacó una tarjeta amarilla a la pasadora Daimí Ramírez, por considerar como una indisciplina un gesto hecho por la joven dentro del terreno. El seleccionado quedó penalizado con un punto a favor del contrario y la pizarra cambió a 24-23. Luego de una larga discusión y reanudadas las acciones, un potente remate de Rosir Calderón (anotó 21 puntos) desde la posición cuatro apretó el lazo al cuello de Italia. Yumilka Ruiz comandó la ofensiva con 22 tantos.

Las vencedoras comenzaron el choque a un ritmo avasallador, distribuyendo con éxito sus ataques, aunque cometieron reiteradas faltas en la net. En el segundo parcial, tras disfrutar de ventaja de 19-14, se detuvieron y les costó caro, y ya a partir del tercer tiempo los dos planteles se enfrascaron en una cerrada lucha, sin que ninguno consiguiera despegarse más de 3 puntos en la pizarra.

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