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Aniversario 45 de los NOAL
Agenda inconclusa
ARNALDO MUSA
musa.amp@granma.cip.cu
Expresión
inequívoca de la eclosión de liberación nacional de gran número de
pueblos, particularmente africanos, que dejaron de ser colonias, el
Movimiento de los Países No Alineados (NOAL) surgió el primero de
septiembre de 1961 en Belgrado.
El núcleo fundador, de 25 naciones, percibió entonces el empuje y
el protagonismo que en lo adelante tendrían los NOAL en defensa de los
intereses de los que aún no se denominaban países del Sur
subdesarrollado en su lucha contra el colonialismo, el imperialismo,
el racismo, el apartheid y todas las formas de opresión y dominación,
así como en los esfuerzos por el establecimiento de un orden económico
internacional más justo, un mundo de paz, igualdad, cooperación y
bienestar para todos los pueblos del orbe, sin excepción.
El
presidente Osvaldo Dorticós representó a Cuba en Belgrado, en la
Cumbre inaugural.
Los fundadores estaban en lo cierto. A partir de aquel impulso, los
NOAL se fueron nutriendo con más y más miembros, y hoy, 45 años
después, con 116 integrantes, constituye un factor de influencia e
importancia en el acontecer de la política internacional.
Y es que aquellos principios que sirvieron de basamento a la
creación del Movimiento no solo se correspondían, sino que se
corresponden hoy con las aspiraciones más justas y legítimas de tres
cuartos de la población del planeta que habitan en el mundo
subdesarrollado.
En estos 45 años, cada Cumbre (Belgrado, El Cairo, Lusaka, Argel,
Colombo, La Habana, Nueva Delhi, Harare, de nuevo Belgrado, Jakarta,
Cartagena de Indias, Durban y Kuala Lumpur), cada reunión ministerial
o cada una de las decenas de conferencias específicas sobre los
disímiles problemas abordados por los NOAL, han intentado contribuir
de manera efectiva a la defensa de los intereses de las naciones
pobres frente a la voracidad de las potencias industriales del Norte.
Actualmente, es muy vasto aún el espectro de problemas cruciales
para el Tercer Mundo por el que debe batallar el Movimiento. Dicho en
otras palabras, los NOAL tienen una agenda sin terminar, con muchos
puntos o acápites claves no solucionados.
Baste recordar que la autodeterminación de los pueblos, un
principio central del Movimiento, no se asume por completo. Asimismo
ocurre con la eliminación del racismo, el sionismo, las bases
militares que atentan contra la soberanía en diversas naciones y las
relaciones económicas injustas entre el Norte y el Sur.
Hay necesidad de democratizar la ONU y el logro de una paz no solo
entre los países ricos, sino también para los pobres, que excluya la
injerencia y la no agresión o amenaza de esta, y que se destine al Sur
buena parte de los recursos ahorrados en cualquier proceso de desarme.
Estos y otros muchos son asuntos sin resolver que los NOAL tienen
por delante y que se tornan cada vez más dramáticos.
Este aniversario 45 encuentra un mundo que el imperialismo
norteamericano pretende sea unipolar, con guerras desatadas en
Afganistán e Iraq o amparadas, como en el Líbano y Palestina, por
citar los más nombrados, mientras se mantienen otras menos divulgadas,
como aquellas en África para esquilmar sus riquezas; o las continuas
amenazas contra naciones que ejercen su soberanía; todo un ciclo
deleznable bajo la bandera antiterrorista del principal Estado
terrorista.
En la esfera económica, por ejemplo, se agudiza la crisis de la
deuda externa, empeora el intercambio desigual, se incrementa el
proteccionismo y se mantienen los obstáculos al financiamiento para el
desarrollo de las naciones más pobres.
Corresponde a la XIV Cumbre del Movimiento, dentro de algunos días
aquí, en Cuba, insertarse en la actual coyuntura internacional para
actuar consecuentemente con los principios de los NOAL, y desempeñar
un papel que gravite de forma concreta en una escena mundial que se
torna más desfavorable al Tercer Mundo, a pocos años de iniciado un
nuevo siglo. |