La escritora norteamericana Alice Walker, Premio Pulitzer 1983,
denunció hoy que Estados Unidos sólo desea dominar a Cuba y destruir
su ejemplo, al reafirmar su apoyo a la isla ante las nuevas amenazas
de la Casa Blanca.
De ninguna manera perdono la crueldad del gobierno de mi país hacia
el pueblo cubano, precisó a Prensa Latina la autora de El color
púrpura, una de las más de 14 mil personalidades que firmaron hasta la
fecha la declaración "La Soberanía de Cuba debe ser Respetada".
Al explicar su decisión en ese sentido, dijo hacerlo como expresión
de solidaridad con los cubanos y muchos otros en todo el mundo.
"Estados Unidos no desea democracia para Cuba, sino imponer su
dominio y destruir un ejemplo crucial de una forma diferente de
existir, con dignidad", añadió.
Ampliando sobre las acciones del gobierno norteamericano, señaló
que está errado en sus criterios y trato hacia esta nación.
Se equivoca tal como hace con muchos otros países y pueblos,
recalcó la escritora, quien ha estado muy vinculada al Movimiento por
los Derechos Civiles, la defensa de la mujer y la lucha contra el
apartheid, entre otras causas.
Conocedora de los efectos de la política de Estados Unidos y de las
aspiraciones de los cubanos, Alice Walker resaltó en sus reflexiones
el siguiente mensaje:
"Es muy importante que el pueblo de Cuba comprenda con claridad y
en todo momento que le deseo exactamente lo mismo que para mí: paz,
prosperidad, justicia, seguridad y felicidad".
La referida declaración deviene una espontánea respuesta de
prestigiosos artistas, políticos y académicos ante las amenazas de la
administración del presidente George W. Bush, resumidas en un llamado
Plan para una Transición en Cuba, el cual incluye un capítulo secreto
que hace a algunos pensar en una posible agresión militar a la isla.
El documento que aboga por respecto a la soberanía cubana cuenta
además con el apoyo de varias otras personalidades estadounidenses,
entre ellas, el periodista Saul Landau, los actores Benicio del Toro,
Danny Glover y Harry Belafonte, así como del analista político James
Petras.