NINGBO, China.— La victoria sobre Italia, campeón mundial,
produjo un efecto muy favorable en el ánimo de nuestras
voleibolistas, que a partir del viernes jugarán aquí contra Polonia,
Azerbaiján y las locales por la clasificación para la final del
Grand Prix.
Habrá
que juntar todas las manos y los corazones en busca de la
clasificación. (FOTO: FIVB)
El calendario les acomoda a las antillanas, porque pueden ganar
los dos primeros desafíos y después enfrascarse en una batalla
campal con las de casa, que solo tienen un revés, ante Brasil, único
invicto del evento. Esta será una nueva oportunidad en que Cuba y
China se verán net por medio este año, después que las asiáticas
triunfaron en la Copa Beilun (en esta misma plaza), en la segunda
parte del certamen efectuada en Beijing, y en el torneo de Montreux,
Suiza.
Polonia, en extremo desacertada, ocupa el último lugar en la
tabla de posiciones, con seis derrotas consecutivas. Azerbaiján
tampoco disfruta de un paisaje apacible, descendió al noveno escaño,
a pesar de ofrecer desgarradoras demostraciones en Taipei, donde
perdió 2-3 a manos de Italia (tercera) y Cuba (sexta). Ya China
(cuarta) es harina de otro costal, pero si las alumnas de Luis F.
Calderón continúan en ascenso, su ataque desde las zonas 2 y 4 del
terreno, complementado con la potencia de la central Nancy Carrillo,
intentará deshacer el encanto del juego rápido y ofensivo de las
anfitrionas.
Los enfrentamientos a Polonia y Azerbaiján han de servirles a las
cubanas para mejorar su pobre índice de puntos a favor y en contra
(503-501). Empatadas en victorias y reveses con las japonesas (4-2,
quintas), estas las superan en el mencionado balance de anotaciones
(424-385). Ahora bien, las niponas van a una serie bastante difícil
en Okayama y, aunque el público las alentará, cruzarán el Niágara en
bicicleta porque sus rivales serán Brasil, Italia y R. Dominicana
(octava).
Dos descalabros de Japón y un par de satisfacciones de Cuba,
asegurarían la clasificación de esta última hacia la finalísima de
Reggio Calabria, Italia, del 6 al 10 de septiembre, en la que el
país sede tiene un puesto garantizado. Ascender más en la tabla es
difícil. Incluso, para obtener los peldaños 5 y 6, posiblemente los
aspirantes no deban rebasar las tres derrotas en nueve salidas a la
cancha. Los elencos punteros que secundan a Brasil (6-0); Rusia,
Italia y China, acumulan un solo resultado adverso (5-1), apurados
por desbancar a las sudamericanas, quienes siguen los pasos
vencedores de sus coterráneos en la Liga Mundial.
Habrá otra serie esta semana, en Bangkok, Tailandia. Allí las
norteamericanas (2-4, séptimas), poseen condiciones para
imponérseles a las tailandesas (1-5, décimas) y a las sudcoreanas
(1-5, oncenas) y si también dominaran a Rusia, sus guarismos aún no
serían tan agradables como para pensar en el viaje a la final.
Todos sacan sus cuentas, seis entrarán en la porfía detrás de los
galardones. Otros seis tornarán a casa.