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Soñando con apoderarse de Cuba La
Revolución cubana no llegará a su fin simplemente porque su
carismático líder deje de ser su principal figura política.
De hecho, la teoría de que Cuba sucumbirá al capitalismo solo
porque Castro no esté ya dirigiendo el Estado da por sentado que las
últimas décadas constituyeron tan solo el éxito de un eficaz culto a
la personalidad. Esta hipótesis niega los factores objetivos que
dieron lugar a la Revolución en Cuba.
El hecho de que Cuba fue capaz de seguir adelante después del
colapso de la Unión Soviética, así como de superar el difícil momento
de su historia conocido como el Periodo Especial, da a entender que el
sentimiento revolucionario vive y es fuerte. Si los cubanos fueron
capaces de sobrevivir esos tiempos, sin lugar a dudas pueden seguir
avanzando si perdieran a Castro.
El gobierno de EE.UU. tiene otros planes. El informe de julio
refleja la ignorancia dentro del Departamento de Estado con respecto a
la política en otros países. El documento asume que Castro es el quid
de este movimiento. La Revolución cubana no pertenece a Castro, sino
al pueblo cubano y adonde se dirija el país depende de los ciudadanos
de ese Estado. La política cubana no debe ser un asunto de Estado del
gobierno de EE.UU., en especial por la trayectoria de fracasos que ha
tenido en este país en el empeño de transportar su "democracia".
El informe expresa el deseo del gobierno de EE.UU. de "asistir" y
"facilitar" este periodo de transición.
Incluye medidas para bloquear la sucesión, y de forma singular, un
anexo secreto que quizás ventila cómo debe llevarse a cabo esta
sucesión. La realidad revela que dado el agotamiento de los recursos
en otras tantas guerras, EE.UU. tan solo puede soñar y planear con una
invasión a Cuba. Pero al ubicar las cosas desde una perspectiva, ¿cómo
se sentirían los norteamericanos si uno de sus dirigentes se enfermara
y otro país se sentara a maquinar el cambio de su régimen?
(Tomado del diario The Minnesota Daily) |