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             Bembé a la manera de Bobby 
            Omar 
            Vázquez 
            
            
            omar.vc@granma.cip.cu
             
            
             Con 
            medio siglo sobre el escenario, Bobby Carcassés es la creatividad 
            personificada. Su último concierto, titulado Bembedoble, en el 
            Teatro Amadeo Roldán, transcurrió bajo ese presupuesto y permitió 
            admirar la capacidad de una de las figuras más carismáticas y 
            afanosas en la historia del jazz nuestro.  
            "Siempre me han encasillado como jazzista, pero también me gusta 
            el guaguancó, el bolero, el filin...", dijo el artista. De ahí sus 
            logradas interpretaciones de El ruiseñor y Mi mejor canción, de José 
            Antonio Méndez. El jazzista asomó en su bien acendrado modo de 
            concebir el blues a partir de fundir las esencias originales 
            norteamericanas con su inequívoca vocación vernácula, pero también 
            brilló en su condición de comediante musical, con Mack the knife, su 
            versión del clásico de Brecht y Weill.  
            Con el apoyo de la versión actual de su grupo Afrojazz y 
            excelentes músicos invitados, dio más de una agradable sorpresa, 
            como fue El diablo y su cuento, de Evaristo Aparicio, olvidado tema 
            alguna vez popularizado por Los Papa Cun Cun. Y no pudo sustraerse a 
            su singular vocalización del clásico venezolano Alma llanera.  
            El título del espectáculo quedó justificado por un pasodoble 
            mezclado con rumba que le brotó para dar una imagen del cubano 
            universal, tema que dedicó al recién desaparecido Miguel Díaz (Angá). 
            Fuera de programa trajo A Zoraida, una simpática estampa de Leo 
            Brouwer y Alfonso Arau, en la que tocando el contrabajo y al estilo 
            de los trovasoneros, evocó su paso por el Teatro Musical de La 
            Habana.  |