Policlínico Eusebio Rafael Izquierdo

Para tu salud, Delicias

Texto y foto: Pastor Batista Valdésç

PUERTO PADRE.—"Este policlínico es lo más hermoso y lo más grande que ha construido la Revolución aquí en Delicias.

Ya los habitantes de la zona no tienen que moverse a otros lugares para recibir este servicio.

Aunque en voz de Oscar Nápoles Pérez, jubilado del sector azucarero, esas palabras revalidan lo que también sienten otros habitantes de Delicias, norteño poblado del municipio de Puerto Padre, donde se asienta el coloso Antonio Guiteras.

Pero la aseveración del ya retirado maquinista no se sustenta solo en la vista exterior que ahora exhibe el policlínico Eusebio Rafael Izquierdo, incomparable por realce con la imagen que el mismo Oscar vio durante décadas cuando la locomotora remolcaba vagones atestados de caña.

La razón que en verdad mantiene a los pobladores de la localidad "como muchacho con juguete nuevo" está también dentro de la espaciosa instalación comunitaria, donde 21 nuevos servicios elevan a más de 50 los existentes hoy para irradiar salud y salvar vidas.

La ansiedad que un día intranquilizó a quienes añoraban una conclusión más rápida de los trabajos constructivos, pareció desplomarse cuando la gente empezó a ver —y a sentir— el beneficio de la moderna tecnología instalada para iniciar la actividad de ultrasonido, optometría, drenaje biliar, endoscopía, rehabilitaciónÁ

Cuando las máximas autoridades de la provincia cortaron la cinta del policlínico, hacía unos tres meses que muchas personas recibían atención en varias especialidades y volvían a sus hogares con la misma convicción de Caridad Gómez, Norma Silva y otros trabajadores, a quienes "tendrá que matarnos el enemigo si un día intenta tocar uno solo de estos equipos que ha puesto en nuestras manos el Comandante en Jefe".

Palabras muy parecidas se le escuchan a la doctora Carmen del Rosario Guerra, internacionalista primero en África y ahora en Centroamérica, quien nunca olvida aquel día, hace muchos años, cuando asumió la dirección del "viejo caserón que había en este mismo lugar, sin recursos para el diagnóstico, con apenas un microscopio, una centrífuga, pero con mucha voluntad en los tres médicos y en el resto del personal.

 

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