Garfio perdona a Peter Pan

ROLANDO PÉREZ BETANCOURT
rolando.pb@granma.cip.cu

Por estos dìas, Peter Pan vuelve a estar al borde de un tablón, en pleno océano infestado de tiburones y con el Capitán Garfio en su nave instándolo a saltar si no quiere morir de una estocada.

El personaje del niño inglés que se negaba a crecer para evitar las responsabilidades inherentes a cualquier adulto, y que con los años se convertiría en un símbolo mundial, está siendo acosado, más por la economía de mercado que por una necesidad artística de darle continuidad al lindo cuento que a todos nos cautivara.

En 1904, James Mathew Barrie dio a conocer a Peter Pan en un teatro de Londres. Historia fantástica con predominio de personajes infantiles, pero con una corriente subterránea apuntando también hacia los adultos (no por gusto, y desde hace años, la Psicología denomina como "síndrome Peter Pan" a los mayores que se sienten incapaces de crecer y utiliza el llamado "síndrome Wendy" para referirse a quienes actúan como madre o padre de su pareja, a las que liberan de asumir cualquier responsabilidad).

La historia de las versiones de Peter Pan, tanto en libros como en historietas y filmes, es larga y complicada y los derechos de autor varían según los países. En 1953, Disney dio a conocer el clásico fílmico que una y otra vez es visto por nuevas generaciones, pero ya en 1924 la Paramount Picture realizaba una primera versión muda, para la que el propio Mathew Barrie eligió a los actores y escribió escenas adicionales.

Otras muchas ha habido. Recordar entre ellas Garfio, de Spielberg, de 1991 y fallida en no pocos aspectos. En el 2002 la propia Disney estrenó Regreso a Nuncajamás, una secuela de su película de 1953, en la que la hija de Wendy se relaciona con Peter Pan durante el bombardeo nazi a Londres, días en que los niños se veían obligados a crecer demasiado rápido.

Pero el acoso a Peter Pan se está dando por estos días en los terrenos de la literatura, ya que los derechos de autor que Mathew Barrie cedió en 1929 al hospital Great Ormond Street caducan el próximo año, con lo cual la historia oficial del niño volador quedaría a merced de cualquier pluma dispuesta a darle la continuidad que mejor estimara conveniente (no hay que olvidar que tanto en el cine como en las letras, "la imaginación creativa" ha desvirtuado en no pocas ocasiones la historia primaria e incluso convertido a Peter y sus muchachos en una pandilla de vampiritos chupadores de sangre).

El hospital, sin embargo, tiene en sus manos lo que sería la continuación oficial del original, que ya en forma de novela se concretó en 1911. Y para ello, concertó un concurso en el que participaron más de 200 escritores y resultó ganadora Geraldine McCaughrean. El libro de ella debe salir el próximo 5 de octubre y se titula Peter Pan de rojo escarlata. Pero Geraldine se queja debido a que algunas editoriales de los Estados Unidos, teniendo en cuenta que Peter Pan, Garfio y Wendy siguen siendo una mina de oro, han anunciado también "lo suyo" en fecha próxima e incluso la poderosa Disney publicaría esta semana Peter y los ladrones de sombra.

"Es una vergüenza esta carrera contrarreloj —le ha declarado la autora a la prensa—. No le hace ningún favor a la continuación oficial".

Peter Pan, mientras tanto, se sigue negando a crecer, quizá para no ver cómo el Capitán Garfio, en lugar de tirarlo por la borda, cambia de parecer en el último instante y decide —más negociante que asesino él— convertirlo en una cuenta de multiplicar.

 

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