Fuentes gubernamentales citadas hoy
por el diario The New York Times dijeron que el armamento fue
despachado por mar, como parte de un negocio multimillonario entre
Washington y Tel Aviv.
Según los funcionarios, la venta
había sido pactada desde hace un año, pero las autoridades
israelíes exigieron de manera apresurada en días recientes que se
consumara el envío de las bombas, las cuales pueden ser guiadas por
satélites y sistemas láser.
La secretaria norteamericana de
Estado, Condoleezza Rice, admitió la víspera que el gobierno del
presidente George W. Bush rechaza un cese al fuego inmediato en el
conflicto, pese al llamado de la comunidad internacional a que
finalice la agresión.
"Un alto al fuego evitaría
eliminar la amenaza que representan los militantes de Hizbolá para
Israel y dejaría abierta la posibilidad de más violencia en el
futuro", alegó la diplomática, al intentar justificar la
controversial postura de Washington.
Expertos aseguran que la negativa de
la administración Bush a promover el fin de los bombardeos contra
el pueblo libanés responde al interés de que Tel Aviv disponga de
mayor tiempo y finalice con éxito su ofensiva.
Rice anunció que mañana viajará a
Medio Oriente para sostener conversaciones con líderes israelíes y
palestinos sobre la crisis en esa región.
Este jueves, el secretario general de
Naciones Unidas, Kofi Annan, exigió el inmediato cese de
hostilidades entre las partes en conflicto.
En un breve discurso ante el Consejo
de Seguridad de la ONU, el máximo dirigente del organismo
internacional criticó el uso excesivo de la fuerza por las
autoridades de Tel Aviv.
Los ataques contra Líbano, iniciados
hace 11 días, provocaron más de 350 muertos y unos mil 200
heridos.
La inminencia de una invasión
israelí a gran escala tomó fuerza en las últimas horas con la
concentración de miles de soldados en la frontera sur y el desgaste
de posiciones de la milicia Hizbolá mediante la aviación y la
artillería.
Más de 70 objetivos libaneses fueron
bombardeados, incluidas instalaciones militares de los guerrilleros
islámicos, puentes y carreteras que unen a este Estado árabe con
Siria.