Jornadas de aprendizaje
René
Castaño
rene.cs@granma.cip.cu
La diana para despertar
a toda la Unidad suena a las 6:00 a.m. Luego, por orden, van a la
primera alineación, gimnasia matutina, aseo personal, inspección,
desayuno, limpieza de áreas y la formación que antecede a las
clases. Así comienza la jornada para los soldados que cumplen el
servicio militar en una Gran Unidad de Tanques del Ejército
Occidental, el cual arriba hoy a su aniversario 45.
En la sala de lecturas los soldados encuentran espacio para la información.
Muchos son los que allí
cumplen con su servicio militar antes de ingresar en los centros
universitarios, como es el caso de los diferidos, los que optan por
la Orden 18, y los trabajadores sociales. Ahora todos son soldados
de una Unidad cuyos primeros integrantes llegaron procedentes de
varios batallones de las Milicias Nacionales Revolucionarias.
LA PREPARACIÓN
Poco después de las
8:00 a.m. comienzan las clases de preparación combativa, táctica,
infantería, topografía, preparación física, entre otras. Pasada
la una de la tarde llega el tiempo de almorzar, el reposo, otra
formación y el trabajo en cuarteles y áreas asignadas a cada
Compañía.
La preparación combativa es la primera tarea para un soldado.
De esta forma describió
sus días en la Unidad el soldado de 19 años de edad Ángel
Hernández Betancourt, quien cumple su Servicio Militar como
diferido, ya que luego comenzará los estudios de Ingeniería
Industrial en la CUJAE. Cuya vida de soldado dice le ha aportado
madurez y disciplina.
Otro combatiente de la
misma edad, Luis Berra Jiménez, es uno de los trabajadores sociales
que cumplen allí esa etapa militar. Lo aprendido en los estudios de
su profesión lo ha puesto en práctica en la Unidad, pues en estos
momentos atiende a uno de sus compañeros. Con ese joven, comenta,
se ha hecho un trabajo sistemático de disciplina; dentro del centro
se le ofrece una atención diferenciada que ha rendido sus frutos.
Entre los que optan por
la Orden 18 se encuentra el mecánico de transportador blindado, de
21 años de edad, Bárbaro Labastida González, quien siente
especial predilección por las artes plásticas. Su talento para la
pintura lo plasma ahora en los dibujos de armamentos y pancartas que
le encargan.
Una parte de la jornada
transcurre en el trabajo con la técnica que se encuentra en
conservación, así como su limpieza y el arreglo de los defectos
detectados.
El mayor Osvaldo
Comesañas Rodríguez precisó que estos jóvenes llegan muy bien
preparados, con un nivel cultural promedio de duodécimo grado. "Esto
facilita una mayor asimilación de la preparación combativa. Los
oficiales se retroalimentan con los conocimientos de los soldados
para mejorar las condiciones de vida del personal".
La próxima formación
con el propósito de puntualizar la disposición combativa anuncia
que la jornada está a punto de cerrar. El tiempo del baño, la
comida y la recreación nocturna alivian los esfuerzos del día. La
sala de lecturas, los juegos de mesa y la programación de
actividades culturales disminuyen las tensiones.
La preparación para la
defensa no es una rutina, sino un proceso necesario de aprendizaje
constante. A Ángel, Luis, Bárbaro y los demás soldados, un sueño
reparador les proporciona nuevas energías cada noche para la
siguiente jornada en esta Gran Unidad de Tanques del Ejército
Occidental. |