KABUL, 22 de mayo (PL).—
Aviones estadounidenses bombardearon una aldea y causaron la muerte
a por lo menos 64 talibanes y 16 civiles, según informaciones
contradictorias que llegan hoy desde el sur de Afganistán.
El ataque fue lanzado en el distrito
de Panjawi, a 25 kilómetros al sur de la provincia de Kandahar,
antiguo bastión del Taliban, y escenario de intensos combates entre
tropas afganas, estadounidenses y los insurgentes.
El mando militar de Estados Unidos
aseguró que todas las víctimas fatales en el bombardeo eran
talibanes, pero el gobernador de la provincia, Assadullah Khalid,
admitió que 16 civiles perecieron y decenas resultaron heridos.
Los ataques aéreos se llevaron a
cabo para destruir un gran escondite de armas del enemigo y varios
recintos talibanes, agregó Khalid.
En un intento por justificar el
hecho, el funcionario afgano indicó que en cuanto los aviones
norteamericanos comenzaron a bombardear, los talibanes se refugiaron
en las casas, lo cual explica que haya habido muchas víctimas.
Atta Mohammad, quien perdió a varios
familiares en esas incursiones, señaló que entre los heridos hay
mujeres y niños.
Por su parte, un portavoz de los
talibanes, que luchan para expulsar a las tropas extranjeras y
derrocar al Gobierno electo, precisó que todas las víctimas en ese
ataque eran civiles y que ninguno de sus combatientes había muerto.
La creciente violencia en las
provincias de Kandahar, Helmand, Zabul y Uruzgán causó la muerte a
unas 200 personas en los últimos dos días, incluidos soldados de
Estados Unidos, Francia y Canadá, policías afganos, civiles y
rebeldes.