La inclusión de Haití en el
proyecto de cooperación energética de Venezuela con el Caribe,
Petrocaribe, es hoy una realidad para ese pueblo que vive una
profunda crisis.
La entrada oficial de Haití en el
convenio fue suscrita por el recién juramentado presidente de la
nación, René Preval, y el vicepresidente venezolano, José Vicente
Rangel, quien viajó el fin de semana a Puerto Príncipe para
asistir a la toma de posesión.
Esa iniciativa fue propuesta en
Caracas el pasado 24 de abril durante una entrevista sostenida entre
el mandatario venezolano, Hugo Chávez, y Preval.
A través del acuerdo, Haití se une
a otros estados de la región que reciben petróleo y derivados a
precios preferenciales y con facilidades de pagos.
Desde ahora, Venezuela cubrirá las
necesidades de consumo de combustible en ese estado, las cuales son
de unos 11 mil barriles diarios.
En ese caso específico y debido a
las serias dificultades financieras que afronta esa nación, el
gobierno venezolano prevé flexibilizar más las condiciones del
pacto.
Aunque las bases del ingreso son las
mismas que para el resto, el convenio para Haití incluye el pago
del 40 por ciento de las facturas en 25 años. Los estatutos indican
un período de entre 17 y 25 años.
El resto del pacto si comprende, como
para los otros beneficiados, depositar el 60 por ciento en un
término de 90 días con un interés del uno por ciento y un
período de gracia de dos años.
La inclusión de Haití en el
programa de cooperación energética, que favorece a otros 14
países del área, es uno de los primeros pasos del nuevo gobierno,
cuyo jefe de estado juramentó la víspera en medio de un fuerte
dispositivo de seguridad.
Uno de los mayores retos de la
administración será, además de frenar la crisis económica,
devolver al pueblo la tranquilidad perdida con la violencia
agudizada como resultado del golpe de estado asestado en 2004 al
anterior gobernante, Jean Bertrand Aristide.
Mientras Preval asumía el cargo,
ayer, reos de una penitenciaría se amotinaron y exigieron a la
nueva administración la libertad, con el argumento de que la
mayoría están presos sin ser condenados.
Esta es la segunda ocasión en que
Preval dirige el país más pobre del hemisferio occidental, luego
de ser electo por primera vez en 1995, en comicios generales y con
un amplio apoyo popular de un 87,9 por ciento. (PL)