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El barco de Europa necesita cambiar de tripulación
Diálogo con Josef
Pernerstorfer, presidente de la Asociación de Amistad Austria-Cuba
Alberto
Núñez Betancourt y José
M.Correa (foto),
Enviados especiales
VIENA, Austria.—Tengo
un corazón más joven que mi pelo. La frase de Josef Pernerstorfer,
presidente de la Asociación de Amistad Austria-Cuba, movió a risa
en el auditorio, pero encerraba todo un simbolismo. Su cabello
totalmente cano es señal de los muchos años andando por América
Latina y Europa, como quien se empeña en casar lo viejo y lo nuevo
a sabiendas de que existen virtudes en uno y en otro. Su corazón
viene a ser la mejor arma para que ninguna adversidad derrote al
espíritu.
Cuba tendrá siempre nuestro apoyo, porque somos conscientes de su razón, asegura Josef.
Veo el futuro en
Latinoamérica, afirma; me entusiasma comprobar el optimismo y la
creatividad de los pueblos, como en los tiempos en que las masas
eligieron a Salvador Allende Presidente de Chile.
Hoy los ejemplos los
ponen Venezuela, Bolivia, Uruguay, Brasil. Del primer país tiene la
singular vivencia de cómo el pueblo no se dejó arrebatar el poder
cuando el referendo de agosto del 2004. Ni siquiera los poderosos
medios de prensa, con toda su manipulación, pudieron confundir a
los sectores humildes.
Josef lamenta que tan
buen momento para los latinoamericanos no esté acompañado por una
política inteligente y propia de la Unión Europea. Los fundamentos
y principios que le dieron origen a la integración han sido
olvidados, y ahora presenciamos un bloque servil a los designios
yankis.
Para revertir esa
realidad, los gobiernos europeos tendrían que marcar distancia de
la política de los Estados Unidos. El barco de Europa necesita
cambiar de tripulación. El Presidente de la Asociación de Amistad
Austria-Cuba tiene otra razón para mantener alto el espíritu: esa
agrupación está siendo integrada por bisoños austriacos
interesados en conocer la realidad nuestra. Es como una garantía de
relevo para que la causa justa prevalezca siempre, apunta.
Y para la despedida deja
una prueba de que su corazón aún está joven. Josef adelanta que
muy pronto integrará una nueva brigada de solidaridad que visitará
a Cuba. Será esa la oncena ocasión en que llegue a nuestro
archipiélago el veterano amigo, "para una vez más quedar atrapado
por la simpatía de los cubanos", como él mismo reconoce. |