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Para aproximar el surco a la tarima (Primera Parte)
COLECTIVO DE
REDACCIÓN NACIONAL DE GRANMA
nacionales@granma.cip.cu
La
producción y la comercialización agrícolas reclaman cambios
raigales. La investigación realizada por Granma en torno al tema
nos sumergió en las evidentes contradicciones de métodos y
estructuras que son propiciadoras del descontrol, burocratización,
ineficiencia y perpetuación de problemas que no acaban de encontrar
solución.
Durante estas semanas,
nuestro Colectivo de Redacción ha conocido numerosos criterios de
expertos y son coincidentes las apreciaciones que, desde que se
prepara la tierra para cultivar hasta el puesto de venta, debe
existir un sistema que posibilite realmente estimular a los
productores y proteger a los consumidores y, además, que resuelva
la cadena de impagos, que es un elemento muy corrosivo, daña al
productor y desmoraliza la gestión estatal.
El control no es solo
aumentar planillas de información y reuniones, sino establecer un
sistema capaz de garantizar menos estructuras intermedias entre el
productor y el mercado y velar sistemáticamente porque se cumpla.
EL QUE MUCHO ABARCA
Las
formas de producción agropecuaria se descentralizaron y
diversificaron durante el Periodo Especial. Ahora coexisten
Cooperativas de Crédito y Servicios (CCS) y las de Producción
Agropecuaria (CPA), Unidades Básicas de Producción Cooperativa
(UBPC), finca y granja estatales, entre otras.
No es el momento de
cuestionarse si lo que se hizo bajo esa coyuntura fue correcto o no,
pero lo cierto es que el agricultor por lo general no puede
encargarse de comercializar sus cosechas porque lo apremian las
tareas del campo, y delega en un representante que puede ser persona
natural o jurídica.
En los últimos años
las empresas agropecuarias han estado sometidas a cambios
estructurales continuos para reducir personal en el sistema de
dirección, pero a su vez han asumido funciones que antes no estaban
bajo su mando. Ahora deben atender todas las formas de producción
del municipio, asumir la comercialización y administrar mercados
agropecuarios, algunos de los cuales no están ni en su propio
territorio.
En esas nuevas funciones
la dirección empresarial ha tenido que emplear más tiempo,
personal y especialistas para tratar de controlar todo el proceso
productivo hasta el destino final de la mercancía en el
agromercado. Esa supuesta integralidad presupone un proceso
demasiado abarcador y el que mucho abarca, como dice el refrán,
poco aprieta.
En los sistemas
productivos a cielo abierto, como en la agricultura, el control
consiste en permanecer en contacto directo con las personas bajo su
responsabilidad, para observar lo que ocurre, atajar a tiempo los
problemas y adoptar medidas con agilidad.
RECURSOS POR ENTREGA
DE PRODUCTOS
Otro de los problemas
que están gravitando mucho en el sector agrícola es la falta de
estimulación con los aseguramientos para producir.
Los medios de trabajo deberían asignarse de acuerdo con la entrega de productos y que los campesinos pudieran adquirirlos en una tienda de Comercio Interior del municipio.
Los agricultores, de
cualquier forma de producción, actualmente establecen un contrato
de entrega de productos con la empresa agrícola a la que se
subordinan. En ese documento solo se consigna lo que deben
suministrar para la comercialización, pero no existe un sistema que
vincule el aseguramiento de los insumos de acuerdo con la cantidad y
calidad de lo acopiado.
En realidad, muchos
reconocen que lo adquieren de manera ilícita a partir de lo que se
desvía de otros cultivos.
Cuando los productores
van a cobrar sus entregas a Acopio o a la empresa agropecuaria,
tienen que realizar numerosas gestiones burocráticas, además de
que los plazos de pago se extienden, por lo general, más allá de
lo acordado, según los testimonios recogidos en varias provincias
durante la investigación de Granma.
Los controles a las
instituciones y el análisis y las decisiones sobre estos asuntos,
motivaron varias ideas, sobre todo en lo relativo a la distribución
de algunos recursos.
¿Por qué no establecer
un sistema de contratación con los agricultores donde se consignen,
aunque sean mínimos, posibles suministros, que pueden recibirse en
dependencia del surtido, cantidad de quintales y calidad de
productos entregados para la comercialización?
¿Por qué no entregar los insumos de acuerdo con la cantidad de quintales recibidos para vender en los agromercados?
Por ejemplo: cada X
quintales de X vianda, hortaliza y fruta que se acopien, el
productor podría recibir determinadas cantidades de combustible,
lubricantes y otros insumos. Esa distribución puede ser calculada
de acuerdo con un índice de gasto promedio aproximado para cada
labor agrícola en cada cultivo.
El agricultor requiere
roturar la tierra y sembrar, ¿con qué recursos asume hoy esas
tareas primarias?
Quizás pudiera ser esta
vía de estimulación un factor que permita entregarle al agricultor
de manera anticipada, un mínimo de insumos calculados para alistar
los suelos y cultivar. Luego, cuando se cumpla con la entrega de los
productos para vender en el mercado o para destinarlos al
abastecimiento del consumo social, podría valorarse, dentro de las
posibilidades, hacer el resto de la asignación.
Al preguntar sobre cómo
se pagarían esos recursos, todo el mundo coincidió en señalar
que, como seguramente con este método se incrementarían las
producciones, los agricultores estarían en condiciones entonces de
pagarlos con parte del efectivo acumulado por las ventas.
Varios especialistas
también arguyeron criterios en torno a que igualmente debería
verse la factibilidad de comenzar a asignar otros aseguramientos
imprescindibles en la comercialización, como son pesas digitales u
otros accesorios. En este caso, los pagos podrían descontarse y
realizarse a plazos que oscilarían en relación con la solvencia
económica de los productores.
De la misma manera,
recomiendan que se estudie si no sería conveniente que en el caso
de los equipos, medios y herramientas requeridos por la producción,
la empresa agropecuaria tuviese facultades de descentralizar la
mayor cantidad de estos recursos a los productores más eficientes,
mediante alguna fórmula de alquiler o arrendamiento.
Con estos métodos no se
requerirían, a escala empresarial, muchas instalaciones para
estacionar, reparar y proteger equipos de transporte, así como
variados tipos de almacenamiento.
Es indudable que
mientras menos estructuras existan entre el agricultor y la
comercialización,
más se disminuyen los
gastos y se evitaría algo peor: fomentar el medio propicio para las
sustracciones ilegales, el descontrol, el delito y la corrupción.
Sobre este tema,
también algunos expertos coincidieron en sus comentarios y
sugerencias en que, por ejemplo, el combustible y lubricantes que se
les entregaría a las formas de producción más eficientes no
tienen que permanecer almacenados en la empresa, sino que pudieran
distribuirse por asignación en la filial de CUPET de la localidad y
con esto quizás estemos evitando algunas manifestaciones actuales
de desvío. Otros insumos, como fertilizantes y plaguicidas, se
pudieran distribuir por la empresa agropecuaria, de forma inmediata,
a los agricultores más eficientes y que más lo requieran de
acuerdo con las condiciones de suelos y disponibilidades de recursos
hídricos de su finca.
Lo mismo podría hacerse
con herramientas, ropa y otros medios de trabajo que necesitan los
agricultores, asignándolos localmente en una tienda de la
dirección de comercio municipal del Poder Popular.
Todas estas medidas
evitarían exceso de almacenes en el ámbito rural y facilitarían
la disminución del personal administrativo de la empresa
agropecuaria
ESTIMULAR
DETERMINADOS PRODUCTOS
La necesidad de
potenciar el factor estimulación hacia la producción dirigida de
algunos productos ha sido otro tema de conversación por varios
especialistas en su comunicación con Granma.
Una de las sugerencias
más generalizadas es que determinados índices de asignación de
recursos para cada cultivo se podrían mover de acuerdo con los
productos agrícolas que se requiera estimular en cada etapa del
año.
Si escasea una
determinada vianda, hortaliza o fruta y son muy solicitadas por la
población, podría establecerse una política flexible que permita
modificar índices promedio de asignación de recursos contra
cosecha, de acuerdo con las necesidades de los consumidores. De esta
forma, se preservaría el principio inviolable de estimular al
agricultor y proteger al consumidor.
Con estos sistemas
dialécticos se podría disponer de mayores ofertas de lo que más
necesita la población, lo cual repercutiría positivamente en los
precios, que tienden a bajar cuando aumenta la presencia de un
producto en venta.
Lo que está cada vez
más claro es que como único se pueden bajar los precios a la
población es aumentando la producción agrícola, pero también
algo puede lograrse si se disminuyen las empresas, instituciones o
mecanismos que actúan como intermediarios entre el productor y la
comercialización.
Para que se vea en la
práctica la influencia de los precios y lo que la población puede
adquirir cuando acude a las distintas formas de comercialización,
presentamos este estudio que hizo un economista especializado en
estos temas (ver tablas).
|
CANTIDAD
DE PRODUCTOS (UNA LIBRA DE C/U) QUE SE PUEDEN COMPRAR CON 20
PESOS EN MONEDA NACIONAL EN LOS DISTINTOS MERCADOS |
|
PRODUCTOS |
EJT |
TOPADO |
PUNTOS
DE VENTA |
OFERTA Y
DEMANDA |
|
Boniato |
0.50 |
0.60 |
1.50 |
2.00 |
|
Habichuela |
1.40 |
2.00 |
3.00 |
5.00 |
|
Plátano fruta
maduro |
0.80 |
1.00 |
2.50 |
3.00 |
|
Calabaza |
0.50 |
0.70 |
1.50 |
2.00 |
|
Yuca |
0.70 |
0.90 |
1.10 |
1.70 |
|
Pepino |
1.30 |
1.50 |
1.80 |
1.90 |
|
Lechuga |
1.20 |
1.50 |
1.70 |
1.90 |
|
Remolacha sin
hojas |
0.90 |
1.50 |
2.00 |
2.50 |
|
Plátano vianda
verde |
2.00 |
2.40 |
2.50 |
|
Col |
0.80 |
1.00 |
2.40 |
|
Arroz |
3.00 |
3.50 |
|
20.00 (4) |
| Malanga
isleña |
1.20 |
1.50 |
|
|
Quimbombó |
1.20 |
1.50 |
|
|
Plátano fruta
verde |
0.50 |
0.80 |
20.00 (3) |
|
Acelga |
0.80 |
20.40 (2) |
|
|
Rábano |
0.70 |
|
|
|
Fruta bomba
verde |
0.50 |
|
|
|
Platano burro |
0.50 |
|
|
|
Cebollino |
0.80 |
|
|
|
Zanahoria con
hojas |
0.80 |
|
|
|
|
20.10
(1) |
|
|
El Ejército Juvenil del
Trabajo con esta política de precios recaudó el año pasado 264
millones de pesos.
Si la misma cantidad y
similar calidad de libras con que se recaudaron 264 millones de
pesos con los precios del EJT, se hubiera vendido con los precios de
las siguientes formas de comercialización, los ingresos por encima
serían:
|
Topado |
118 800
000 |
|
Puntos de
venta |
261 360
000 |
|
Oferta y
demanda |
393 360
000 |
Estas cifras revelan el desembolso adicional que sale del bolsillo de los consumidores por los precios más elevados de venta, en relación con los establecidos por el EJT.
|
CANTIDAD
DE PRODUCTOS (UNA LIBRA DE C/U) QUE SE PUEDEN COMPRAR CON $50.00
EN LOS DISTINTOS MERCADOS |
|
PRODUCTOS |
EJT |
TOPADO |
PUNTOS
DE VENTA |
OFERTA
Y DEMANDA |
|
Frijol negro |
5.50 |
7.00 |
7.50 |
7.80 |
|
Cebolla con
hojas |
3.20 |
4.00 |
5.00 |
5.50 |
|
Frijol chino |
4.00 |
5.00 |
5.50 |
6.00 |
|
Pierna de cerdo |
18.00 |
21.00 |
25.00 |
25.00 |
|
Frijol colorado |
6.50 |
8.00 |
9.00 |
9.50 |
|
Pata de cerdo |
4.00 |
5.00 |
52.00 (3) |
53.80 (4) |
|
Guayaba |
2.20 |
50.00 (2) |
|
|
Tomate |
1.30 |
|
|
|
Malanga |
2.10 |
|
|
|
Zanahoria sin
hojas |
0.90 |
|
|
|
Harina de maíz |
2.20 |
|
|
|
|
49.90 (1) |
|
|
Si la misma cantidad y similar calidad de libras con que se recaudaron 264 millones de pesos en el EJT se hubiese vendido con los precios de las siguientes formas de comercialización, los ingresos por encima serían:
|
Topado |
1 000 560
000 |
|
Puntos de venta |
1 547 040
000 |
|
Oferta y
demanda |
1 642 080
000 |
Estas cifras revelan también el gasto adicional que deberían realizar los consumidores de acuerdo con las formas de comercio a las que acuden. (La investigación para aproximar el surco a la tarima terminará en una próxima edición.) |