LONDRES, 26 de abril (PL).
            — Familiares de militares británicos muertos o movilizados en
            Iraq pidieron hoy al primer ministro Tony Blair que admita los
            errores de la invasión y ocupación de ese estado árabe y anuncie
            el retiro de las tropas.
            Los parientes de los soldados
            anunciaron que esta jornada se reunirán con parlamentarios para
            trasladarles sus preocupaciones sobre la situación de las fuerzas
            armadas británicas en territorio iraquí.
            En declaraciones a la prensa
            londinense, miembros de la organización Familias de Militares
            contra la Guerra afirmaron que entregaron en la residencia oficial
            de Blair una solicitud para que reconozca los errores cometidos con
            la ocupación de Iraq.
            También precisaron que se reunirán
            en el centro de esta capital para reclamar el retiro inmediato de
            las fuerzas británicas de suelo iraquí.
            Los parientes de los soldados
            denunciaron que, a pesar de los tres años de guerra transcurridos y
            de los 104 militares británicos muertos en ese país del Golfo
            Pérsico, el gobierno de Blair no ha conmemorado de ninguna manera
            esos fallecimientos.
            En marzo último, familiares de
            militares británicos muertos en Iraq denunciaron que el jefe de
            gobierno se niega a recibirlos y escuchar su pedido para que las
            tropas regresen a Gran Bretaña.
            Los parientes desafiaron a Blair y lo
            exhortaron a tener el valor de reunirse con las familias de quienes
            con sus vidas pagaron el precio más alto, si en verdad cree en su
            política y en la necesidad de permanecer en territorio iraquí.
            A la petición de la entrevista,
            respondió un vocero gubernamental que el primer ministro se negaba
            a encontrarse en la situación de reunirse con los familiares de los
            soldados muertos.
            Tras esa solicitud, sólo se aceptó
            recibir una carta pública, cuando el jefe de gobierno no se
            encontraba en sus oficinas y en la cual se reclamaba a Blair que
            reconozca el dolor y los sentimientos de quienes perdieron a sus
            seres queridos.
            La actitud del primer ministro es
            criticada hasta por miembros de su partido laborista, que lo acusan
            de no querer escuchar lo que le van a decir los parientes de los
            muertos.
            En marzo de 2003, Gran Bretaña
            invadió junto a Estados Unidos el territorio iraquí y tras la
            ocupación mantiene desplegados allí más de ocho mil militares.