Belarús

Lo que no se dice en Occidente

ELSA CLARO, de Granma Internacional

Fugaz y laboriosa, esta exclusiva con Serguei Sergueievich Sidorski, primer ministro de Belarús, resultó fecunda. Confirmamos de primera y autorizada mano informes que ni la más soberbia y polarizada prensa pudo ocultar mientras hacían campaña contra las autoridades belarusas antes y después del recién concluido proceso electoral que le otorgó de nuevo el triunfo a Alexander Lukashenko y a su equipo de trabajo. El Premier, requerido por Granma Internacional, responde a la pregunta:

¿Cómo explica que con tan fuertes presiones de EE.UU. y la Unión Europea se alcanzara esa reelección?

"Después de la desintegración de la Unión Soviética, cada uno de los estados de ese espacio, eligió su propio camino de desarrollo. La República de Belarús, que no tiene petróleo ni gas, tuvo un descenso remarcado de su economía, algo similar a las condiciones en que se vio Cuba por entonces.

"Estuvimos obligados a asumir una nueva política económica para hacer frente a la pérdida de los volúmenes de producción que tuvimos mientras nos desempeñamos dentro del marco de la URSS. Cuando tiene lugar la desintegración, casi todas las empresas dedicadas a la fabricación de equipos con técnicas complejas, la industria automotriz, por ejemplo, tanto la destinada a la agricultura como al transporte, descendieron casi o hasta el cierre. Incluso empresas muy conocidas en el mundo como la de abono potásico, estuvo literalmente al borde de la bancarrota en los años noventa."

(El desplome fue superior al 11%. El Producto Interno Bruto (PIB) bajó al 15% y la inflación fue de hasta el 25%. Recordemos, además, que en enero de 1994 el Soviet Supremo destituye a los integrantes del poder, pues la corrupción era inmensa mientras tenía lugar una sensible caída en las condiciones de vida de la población. Ocupó el cargo el conservador Mechislav Hirb, quien no logró los urgentes equilibrios necesitados. En el verano de 1994 se realizaron elecciones presidenciales y gana de forma contundente Alexander Lukashenko, quien tras varios años de trabajo reconfirma su aceptación popular en las legislativas del 2000, con lo cual adquiere un amplio apoyo parlamentario. En las presidenciales hechas en el otoño del 2001 es reelegido. Esa secuencia política se explica por lo que nos cuenta Sidorski en La Habana, unos minutos después de firmar varios protocolos comerciales con Cuba). Él sigue explicando:

"A inicios de 1994, con la victoria en las elecciones, el presidente Lukashenko propuso al pueblo un programa de acción muy preciso de desarrollo económico que evidentemente fue aceptado por la mayoría de los ciudadanos, sin cuya participación no sería posible ninguna meta.

"Elegimos la ruta de una economía orientada al desarrollo social. El Estado se hizo cargo de ayudar a cada empresa y paso a paso comenzaron a rescatarse los niveles de producción. Fue exitoso el plan, pues ya para el año 2000 estuvieron suministrando sus productos en el mercado abierto. Esas empresas tienen ya su lugar en el presupuesto nacional, porque desde ese año muchas de ellas alcanzaron los niveles de producción que se tenían antes de la desintegración de la URSS.

"Ese puede considerarse como el salto inicial. Desde entonces y hasta el 2005 se obtuvieron grandes éxitos en ese programa propuesto originalmente 12 años atrás por el presidente Lukashenko, pues hemos duplicado el Producto Interno Bruto con un aumento anual no menor del 10%, se ha estabilizado el crecimiento de la industria, garantizamos —y es determinante— la autosuficiencia alimentaria, con aseguramiento propio."

¿Otros indicadores?

"Cuando se iniciaron las reformas, el salario medio era de 70 rublos y ahora es de 250. Por norma, cuando se aumentan los sueldos crecen las pensiones. Hemos preservado la asistencia médica y la educación gratuitas y se refuerzan de manera progresiva los programas sociales que tienen que ver con diferentes ramas de la economía, en particular las relacionadas con la esfera agrícola, el apoyo a la juventud y el desarrollo de la ciencia.

"O sea, prácticamente cada uno de los sectores de la economía en Belarús corre a expensas de la ejecución de aquellos proyectos de desarrollo formulados y que continuaron avanzando según se conquistó cada propósito.

"El país se mantiene estable. Prácticamente podemos decir que no hay delincuencia organizada en nuestras calles; de ahí que los niños y ciudadanos se sientan seguros. Estas son las bases del 83% obtenido en elecciones democráticas que les dio el pueblo belaruso a su Estado y a su Presidente."

¿Planes inmediatos?

"Para los próximos cinco años el Presidente ha propuesto enfatizar en las direcciones de trabajo encaminadas a lograr que de manera definitiva se fortifique la construcción de un Estado dirigido al bienestar de nuestros ciudadanos. Se hicieron las disposiciones correspondientes y el pueblo las conoce, apoya la política económica interna antes llevada a cabo y el perfeccionamiento propuesto por Lukashenko."

En 1996 fue creada una unión económica entre Minsk y Moscú que incluye aspectos políticos y está abierta hacia otros estados. En estos momentos se intenta fortificar la idea que cuenta con el total y suscrito apoyo de Belarús y Kazajstán. Debería encontrarse en el grupo Ucrania, aún con dudas sobre algunos acápites del acuerdo integracionista. El resto ha decidido iniciar esta andadura. Partiendo de ese antecedente nos interesamos en saber cómo marcha esa experiencia.

"Hemos estado trabajando en la estructura de un Estado federativo con Rusia desde hace 10 años. Los jefes de Estado de las dos naciones han firmado los compromisos requeridos y cada uno de los gobiernos tiene su programa preciso en lo que respecta al fortalecimiento de esa alianza destinada al desarrollo económico.

"Hay una idea muy clara sobre el presupuesto conjunto anual y la colaboración entre las empresas de Rusia y Belarús, unidas a través de las ramas más importantes de la construcción de maquinaria. Hasta el 80% de las exportaciones que se hacen son cooperadas, de modo que de nuestros éxitos dependen los de la Federación Rusa y a la inversa. El proyecto general está favorecido por acuerdos aduanales sin restricciones. Hasta ahora, todo marcha según las expectativas."

¿Sobre su visita a Cuba?

"Hemos constatado de nuevo que Cuba es para nosotros un importante y firme aliado, como se ha visto en distintos foros internacionales, donde también nosotros hemos defendido el rumbo independiente al que tienen derecho". Sidorski dijo estar satisfecho e impresionado por el cálido recibimiento que le hizo Fidel durante las seis horas en las cuales compartieron él y su comitiva con el Comandante en Jefe sobre varios temas, entre ellos, las relaciones comerciales de conveniencia mutua pactadas.

 

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