Pinar del Río
Cuatro meses con autonomía energética
Texto y fotos: RONALD
SUÁREZ RIVAS
El 18 de diciembre del
2005, los grupos electrógenos de Pinar del Río generaron por
primera vez para aliviar el sistema. Una unidad de la
termoeléctrica de Felton había dejado de funcionar y ocasionaba un
déficit de energía.
Apenas ocho meses tardó la instalación de los 127 grupos de Pinar del Río.
"Pinar,
activa 10 000 kiloWatt", era la orden del Despacho Nacional de
Carga. Para el Programa de Generación Distribuida de la provincia
llegaba la hora de la verdad.
Tres días antes, desde
Pinar del Río se habían generado 80 500 kW durante una prueba, y
algunos grupos de las subestaciones rurales lo hacían
sistemáticamente desde agosto, cuando los tres primeros quedaron
activados; pero esta vez no se trataba de un ejercicio.
Las luces se iluminaron
con más intensidad y en algunos lugares mejoró el voltaje. Fueron
los únicos síntomas perceptibles para toda una provincia que
siguió su rutina, ajena al momento decisivo que vivieron los
trabajadores del sector eléctrico.
Desde entonces no han
vuelto a ocurrir apagones por déficit de generación en la
provincia. Baterías y subestaciones rurales tributan 100 000
kiloWatt aproximadamente todos los días al Sistema
Electroenergético Nacional y despiertan la admiración de quienes
conocen del Programa.
En total, 127 grupos
electrógenos, ubicados en 14 subestaciones rurales y ocho
baterías, son capaces de producir en su conjunto 165 416 kW y
asegurar la autonomía energética de la provincia.
La batería Briones Montoto, con 30 grupos electrógenos, genera 24 000 kW/h.
"Este
es un Programa de Generación Distribuida —explica el ingeniero
Ramón Miguel Pedrera Valdés, director de la Empresa Eléctrica de
Pinar del Río—, debido al nivel de dispersión de estos grupos.
Antes nada más estaban las termoeléctricas, concentradas en unos
pocos puntos del país, las cuales solo aportaban energía al
máximo nivel de voltaje, mientras que ahora se inyecta en los
sistemas de distribución y subtransmisión, más cercanos al
cliente.
"Las
grandes virtudes de este sistema radican en que la inversión
financiera se reduce a un tercio, y en muy poco tiempo puede
comenzar a funcionar, como se ha demostrado aquí."
El costo de fabricación
y equipamiento de una termoeléctrica es de 1,5 millones de dólares
por MegaWatt instalado y tomaría alrededor de una década
construirla. Este proyecto, en cambio, apenas tardó ocho meses.
Los 22 emplazamientos
están diseminados por toda la provincia, buscando reducir las
pérdidas por distribución. Para su ubicación, se ha tenido en
cuenta que existieran núcleos poblacionales en desarrollo, que las
cargas de esos lugares pudieran crecer hasta la capacidad nominal de
las máquinas que se instalan, que estén acopladas a subestaciones
de transmisión, subtransmisión o distribución, etc.
Generalmente echan a
andar en el pico del mediodía (de 11 a.m. a 1 p.m.) y en el de la
noche (de 6 a 10 p.m.), y trabajan como promedio unas seis horas
diarias; aunque en caso de salida de una planta u otra contingencia,
pueden hacerlo más tiempo.
En las instalaciones de la antigua termoeléctrica Eliseo Caamaño, de la capital provincial, una batería de grupos duplica la potencia de la vieja planta.
Se han llegado a generar
151 000 kW/h, pero el promedio diario es de unos 100 000. La
mejoría, según los especialistas, es total. El sistema es estable,
el nivel de roturas es bajo y los problemas se han resuelto en poco
tiempo.
"Anoche
mismo hubo una falla en las líneas de alta tensión que llevan la
corriente hasta Guane, pero los consumidores ni se enteraron. Los
emplazamientos que les suministran comenzaron a funcionar y evitaron
el apagón", cuenta William Graupera Guzmán, jefe de operaciones de
Generación Distribuida.
"Hemos
aplicado un régimen de rotación para evitar que coincidan los
ciclos de mantenimiento. Todos los días, incluidos sábados y
domingos, se analiza el estado de los equipos y se determina a
cuáles les corresponderá arrancar primero o si hay alguna avería",
afirma.
No obstante, ha habido
interrupciones en algunos puntos. El deterioro de las redes
eléctricas ha sido la causa. En ese sentido, cientos de linieros
trabajan en la rehabilitación de tendidos, lo que permitirá,
además, reducir las pérdidas por distribución y mejorar el
voltaje, que hoy es bajo en algunas zonas.
En el verano del 2004,
el huracán Charley, durante su paso por el territorio habanero,
destruyó las torres que conducen la electricidad a Vueltabajo y
dejó apagada a la provincia durante 11 días. ¿Qué pasaría hoy
si ocurriera un fenómeno similar?
"Estas
plantas también pueden funcionar aisladas del Sistema
Electroenergético Nacional. En ese caso, los mismos equipos regulan
automáticamente la potencia de entrega de acuerdo con la demanda de
los consumidores", comenta Roberto Gigato Puentes, director de
Generación de la Empresa Eléctrica.
"De
repetirse un fenómeno como el Charley, la historia sería distinta.
Los grupos podrían trabajar `en islas' de modo prácticamente
ininterrumpido, siempre que se cumplan los planes de mantenimiento
requeridos."
A casi cuatro meses de
que el Programa de Generación Distribuida de Pinar del Río diera
la voz de listo, las experiencias recogidas aquí son estimulantes y
confirman las palabras del Comandante en Jefe, de que habrá un
antes y un después de la Revolución Energética.
Los grupos electrógenos
reciben mantenimiento cada 250 horas de trabajo y necesitan uno
general a las 40 000 horas; pero su vida útil puede ser mucho más
prolongada, en dependencia del régimen de explotación.
Todos los operadores han
sido avalados por el Centro Nacional de Certificación Industrial,
en Cienfuegos. Cada tres meses se realizan nuevos entrenamientos y
pruebas.
Cuando los grupos de
Pinar del Río echan a andar, alivian al Sistema Nacional y permiten
que una mayor cantidad de energía pueda ser entregada a otras
provincias.
En breve, el resto de
las provincias contará con condiciones similares. Entonces, la
competencia será más fuerte para los operadores de la batería
Pinar Oeste, quienes se precian de ser los más rápidos del país
en echar a andar sus equipos y sincronizarlos al sistema. "Apenas 14
segundos, medidos con un cronómetro", dicen. |