Celima Bernal

• Cuando yo era una niña, la vieja cocinera de casa decía: "¡Que en eso se insuelva!", si se rompía un jarrón, se botaba el vino o se quemaba el arroz. En la entrada léxica del verbo ensolver (no: insolver como ella pensaba) aparece: Del latín in, en y solvere, desatar). Incluir una cosa en otra, contraer, sincopar. En medicina, resolver, disipar. Desde entonces pienso en la frase, no como muestra de conformidad, sino de inteligente aceptación de lo inevitable, que siempre pudo haber sido peor. Y aunque nunca uso esas palabras, ante cada suceso desagradable adopto la filosofía que aprendí de aquella mujer inolvidable. Un refrán inglés encierra una idea similar: "No llores sobre leche derramada".

 

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