WASHINGTON, 11 de abril (PL).—
El escándalo de las escuchas telefónicas autorizadas por el
presidente George W. Bush a la Agencia Nacional de Seguridad (ANS)
le sirvió para ganar el premio Mordaza Jefferson para el 2006.
Tal vez como una forma de repulsa, un
grupo estadounidense que favorece la libertad de expresión
consideró que el Ejecutivo tiene los méritos necesarios para
obtener la "distinción".
El galardón Mordaza (Muzzle)
Jefferson se confiere a los grandes violadores de la libertad de
expresión, garantía que recogen los estadounidenses en su
constitución.
Bush autorizó intervenir los
teléfonos de sus compatriotas que llaman al extranjero al alegar la
existencia de "poderes especiales" en la lucha contra el
terrorismo.
Filtrado a los medios de prensa, el
caso se convirtió en un sonado escándalo, el cual incluso amenaza
con una moción de censura contra el gobernante en el Congreso.
La Casa Blanca desconoció a la
justicia en esta acción, pues ese espionaje requería de la
autorización de una corte federal, según sus críticos.