Los cubanos aspiran a una seguridad social de excelencia

LINO LUBEN PÉREZ
Servicio Especial de la AIN

La Seguridad Social en Cuba hoy no admite comparación con la situación antes de 1959, cuando no existía un sistema como tal y predominaba la anarquía institucional.

Al triunfo de la Revolución, había 52 Cajas de Retiro o Seguros que apenas cubrían a menos de la mitad de los obreros e imperaba tanta corrupción y robo que los fondos del sector estatal experimentaban crecientes pérdidas que obligaban a reducir los pagos o a demorarlos por largo tiempo.

Tras una masiva consulta obrera y en fecha memorable como el Día Internacional de los Trabajadores de 1963, entró en vigor en el país el primer método integral de seguridad social, a partir de los principios de solidaridad, universalidad, comprensión e integridad.

Nuevas leyes lo perfeccionaron hasta llegar a la definición de que la red la integran dos regímenes, el de seguridad y el de asistencia sociales, devenido un todo armónico que contribuye a garantizar una vida digna para todos los ciudadanos que lo requieran.

En el primer caso están incluidas las prestaciones monetarias, en servicios y en especies, y en el segundo el presupuesto imprescindible, basado en el equilibrio financiero de los ingresos y los egresos anuales.

Algo trascendente surgió en medio del auge de los programas socio-económicos prioritarios, la figura del trabajador social, el estudio como forma de empleo y el incremento de los servicios sociales, lo que además constituyó un aporte al logro del pleno empleo en Cuba.

La aplicación de esos planes significó que en los últimos años miles de jóvenes accedieran al trabajo o al estudio, mediante Cursos de Superación Integral, de Trabajadores Sociales, maestros emergentes, enfermeros, profesores de computación, la municipalización de la enseñanza y agricultura urbana.

A ello se suma el considerable aumento hace menos de un año de las pensiones y del salario mínimo de los trabajadores, en beneficio de tres millones 602 mil personas que recibían los ingresos más bajos.

Para sufragar esos gastos adicionales, el Estado cubano desembolsó de su Presupuesto dos mil 255 millones 683 mil 370 pesos, bajo la fórmula de aplicar una política salarial con justicia social y cuando el mundo atraviesa por una grave crisis económica, con tendencia a la agudización.

Aun así, en Cuba continúan las transformaciones de la gestión administrativa en la seguridad social que garanticen servicios de excelencia para los adultos mayores, las personas con discapacidad y los beneficiarios en general, mediante una atención personalizada que cubra todas las contingencias.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Deportes | Cultura |
| Cartas | Comentarios | Ciencia y Tecnología | Lapizcopio| Especiales |

SubirSubir