Declaración del MINREX
El Ministerio de
Relaciones Exteriores de Cuba conoció de la publicación, el pasado
día 18 de marzo, en la revista colombiana “Cambio”, de un
artículo donde se intenta difamar al Embajador cubano en Colombia,
compañero José A. Pérez Novoa, acusándolo de involucrarse en
actividades de espionaje contra el gobierno colombiano.
Según la propia
revista, estas acusaciones estarían contenidas en un “minucioso
documento” del Departamento de Estado de los Estados Unidos,
basado en informes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que
el Embajador de ese país en Bogotá habría entregado al gobierno
colombiano.
La simple lectura del
mencionado artículo, no deja dudas de que su única y malsana
intención es tratar de obstaculizar las excelentes relaciones
diplomáticas, económicas, culturales y de respeto mutuo que
mantienen Cuba y Colombia.
Como es ampliamente
conocido por la opinión pública internacional, la mentira y la
guerra son los instrumentos fundamentales de la política exterior
imperial de los Estados Unidos de América, y la fabricación de
mentiras es una especialidad de la CIA, como la de las famosas armas
de destrucción masiva que sirvieron de pretexto para la guerra de
agresión lanzada contra Iraq.
Es así que por más de
45 años el gobierno de los Estados Unidos de América, a pesar de
sus reiterados fracasos, ha mantenido como un elemento cardinal e
imprescindible dentro de su política agresiva y cruel contra
nuestro país, el uso de la mentira y la infamia.
En su obsesión por
aislar y destruir a la Revolución cubana, la actual administración
estadounidense no ha escatimado recursos, por sucios einnobles que
estos puedan ser. Las acusaciones contra el Embajador de Cuba en
Colombia son un ejemplo de esto.
Según el artículo, la
CIA y el Departamento de Estado están convencidos de que el
Embajador cubano “ha venido a Bogotá con intenciones
desestabilizadoras”. “Pero, ¿qué entiende la administración
Bush por `intenciones desestabilizadoras'?”, se pregunta la
revista colombiana. Y en el propio artículo se responde: “la CIA
asegura que posee informes confiables de que Pérez Novoa busca
establecer una fuerte red de apoyo en Colombia para el eje
conformado por Hugo Chávez en Venezuela y por el recién
posesionado presidente boliviano Evo Morales.” Esta es una
afirmación reveladora de la preocupación central del gobierno
yanki.
No nos sorprende que al
Gobierno de los Estados Unidos le moleste la amistad, cooperación y
solidaridad entre los pueblos soberanos de América Latina. La
historia de las relaciones de Estados Unidos con la región ha sido
precisamente la historia de las intervenciones, de los intentos de
dividirnos, ha sido la historia de menosprecios y agresiones.
Pero esa historia está
cambiando y es lógico que los sectores neofascistas que hoy dominan
en la Casa Blanca intenten lo imposible por revertir su inexorable
curso.
El Gobierno cubano está
seguro de que este nuevo episodio de la ya larga cadena de embustes
y campañas contra la Revolución cubana por parte del gobierno de
los Estados Unidos, no impedirá el desarrollo fluido y transparente
de las relaciones entre Cuba y Colombia, las que avanzan en un marco
de respeto y no interferencia en los asuntos internos.
El Ministerio de
Relaciones Exteriores de Cuba rechaza todas y cada una de las
mentiras contenidas en el citado artículo de la revista “Cambio”
y ratifica que todas las acciones del Embajador cubano, compañero
José A. Pérez Novoa en Colombia, se realizan no sólo en un clima
de total transparencia con el gobierno colombiano, sino también en
apego a las más estrictas normas del Derecho Internacional.
El Ministerio de
Relaciones Exteriores ratifica su total confianza en el Embajador
Pérez Novoa, quien durante su larga carrera diplomática ha sabido
servir siempre a la patria con lealtad, dignidad y profesionalismo.
El Ministerio de
Relaciones Exteriores reitera que considera el citado artículo de
la revista “Cambio” una burda patraña y una repugnante mentira,
y emplaza al gobierno de los Estados Unidos y a sus agentes a que
presenten la más mínima prueba que demuestre sus falaces
acusaciones.
Ministerio de
Relaciones Exteriores
La Habana, 20 de
marzo de 2006 |