
Celima
Bernal
• Mi tía Emilia
aseguraba: “No hay nada menos elegante que las comparaciones con
animales“. A veces me olvido de ello y digo, por ejemplo: “Come
igual que un pastor alemán“. Si usábamos frases de ese tipo, nos
llamaba la atención. Criticaba despiadadamente a quienes comparaban
a derecha e izquierda: “Corre más que un venado“, “habla como
un cao cogido por una pata“, “es más fuerte que un toro“.
¡Ah!, si se dedica a escribir, cuídese del abuso de los símiles.
Leí ayer tres en un párrafo. Existen, no obstante, algunas
expresiones relacionadas con animales, que resultan simpáticas. En
invierno se oye mucho: “Esto es de cuando la mona no carga al hijo“.
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