En la Patria nuestros
dignos peloteros
Los jugadores
cubanos, que terminaron en un muy meritorio segundo lugar, pese a la
presencia de estrellas de las Grandes Ligas, arribaron hoy a La
Habana
RAFAEL PÉREZ VALDÉS
Los lanzadores Pedro
Luis Lazo, Yadel Martí y el bateador Yoandry Garlobo, fueron los
primeros peloteros que descendieron ayer del avión que los trajo
este martes de regreso a La Habana, luego de terminar en un muy
meritorio segundo lugar en el Clásico Mundial de Béisbol.
El destacado trío
descendió de la nave a las 5:10 p.m., con bandera nacional en sus
manos e inmediatamente recibieron una calurosa bienvenida, que se
extiende a un recibimiento popular del pueblo capitalino, en
representación del resto del país, por varias calles de la capital
cubana y que tendrá su acto central en el Coliseo de la Ciudad
Deportiva.
Esteban Lazo y Ricardo
Alarcón, miembros del Buró Político, encabezaron el recibimiento,
junto a otros dirigentes y glorias del deporte nacional.
Los cubanos pasaron
primero dos rondas clasificatorias en San Juan (Puerto Rico), donde
lograron incluirse entre los cuatro grandes de la justa, con
victorias ante los favoritos boricuas y venezolanos, para irse hasta
San Diego.
En suelo estadounidense
vencieron en la semifinal a los también muy fuertes dominicanos,
dados como unos de los dos favoritos, junto a los estadounidenses,
lo cual los llevó a discutir el oro el lunes contra los japoneses,
al final monarcas del Clásico.
Martí fue seleccionado
el mejor lanzador derecho de la competencia, Garlobo el bateador
designado y Yulieski Gourriel la segunda base.
En principio el
Departamento de Tesoro estadounidense había negado la
participación cubana, pero la solidaridad de varios sectores en los
propios Estados Unidos, y la Federación Puertorriqueña de
Béisbol, permitieron la justa presencia de los monarcas olímpicos,
mundiales, y, desde este lunes, subcampeones del Clásico.
La caravana avanza en
estos momentos por las principales avenidas de la capital, en jeep
descapotables, recibiendo el caluroso recibimiento de un pueblo que
tiene en el corazón a sus deportistas y muy especialmente a estos
peloteros, que hicieron vibrar a la Patria en cada salida al terreno
del I Clásico Mundial de Béisbol. |