Bush acusado de amordazar a científicos 

STEPHEN LEAHY

Crece la evidencia de que el gobierno de Estados Unidos prohibió a varios científicos divulgar información sobre el cambio climático y otros asuntos ambientales.

En enero, uno de los más reconocidos científicos estadounidenses, James Hansen, acusó al gobierno de George W. Bush de impedir que información sobre el recalentamiento planetario llegara al público.

Hansen, director del Instituto Goddard para Estudios Espaciales de la NASA, la agencia espacial estadounidense, aseguró que expertos a su cargo y de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmósférica (NOAA, por sus siglas en inglés) eran amordazados por la administración.

Durante el otoño boreal, autoridades ordenaron a Hansen que retirara información publicada en Internet según la cual el 2005 podía ser el año más caliente del que se tuviera registro. Pocos meses después, ese pronóstico fue confirmado por varias instituciones científicas.

El gobierno también habría prohibido a periodistas entrevistar a científicos sobre estas investigaciones.

El gobierno de Bush es renuente a reconocer el vínculo entre el gran consumo de combustibles fósiles y el cambio climático, y ha repudiado el Protocolo de Kyoto, único instrumento internacional que obliga a las naciones industriales a reducir las emisiones de gases que recalientan la atmósfera.

"Las cosas están aún peor en la NOAA y en la Agencia de Protección Ambiental", dijo Hansen a un canal de televisión.

La NOAA descartó cualquier conexión entre el recalentamiento planetario y la temporada de huracanes del año pasado, a pesar de la creciente evidencia aportada por otros expertos en cambio climático. La oficina reconoció que muchos de sus científicos discrepaban con esa posición oficial.

"El gobierno de Bush rechaza el método científico", afirmó Lewis Lapham, editor de Harper's Magazine y autor del libro "Gag Rule" ("La ley mordaza"), que denuncia la censura que ejerce la administración con quienes discrepan de sus posturas.

"El recalentamiento planetario no entra en su actual estructura de pensamiento", dijo Lapham a IPS.

El periodista sostuvo que Estados Unidos parece ingresar en una era en la que la fe es más importante que los hechos y el disenso es considerado una traición.

Cuando se trata de investigar, la Casa Blanca ha ido incluso más allá de la tradicional práctica de los políticos de cambiar los números para hacer que los resultados sean los que ellos quieren, dijo Lapham.

"Si la ciencia no demuestra lo que se le dice debe demostrar, entonces ellos creen que ha sido alterada por Satanás o por el (opositor) Partido Demócrata", señaló.

Hace dos años, 60 prominentes científicos firmaron un documento aseverando que, a menos que sus puntos de vista o la evidencia presentada coincidiera con la ideología del gobierno de Bush, su testimonio era siempre ignorado o rechazado. Desde entonces, más de 8 500 científicos ratificaron esa denuncia.

La Union of Concerned Scientists (UCS, Unión de Científicos Comprometidos) acusó al ejecutivo de tergiversar los resultados de las investigaciones de la Academia Nacional de Ciencias, de los propios expertos gubernamentales y de toda la comunidad académica que estudia el cambio climático.

La UCS elaboró una convincente lista de instancias de interferencia política en investigaciones, incluyendo la remoción de científicos altamente calificados de comités de asesoramiento que tratan sobre salud infantil, ambiental y reproductiva, así como sobre abuso de drogas. Estos especialistas fueron reemplazados por individuos vinculados o contratados por industrias sujetas a la regulación del Estado.

La financiación también fue denegada a científicos que se expresaron libremente o llevaron a cabo investigaciones que podían contradecir la política de la Casa Blanca. (IPS)

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Deportes | Cultura |
| Cartas | Comentarios | Ciencia y Tecnología | Lapizcopio| Especiales |

SubirSubir