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La clave del mandato
de una delegada
Reconocida por su
labor en el Poder Popular en Camagüey durante 30 años, Iraida
Curró continúa con el mismo empeño por sacar adelante la
circunscripción número 35
MARNIE FIALLO GÓMEZ
Corría
diciembre de 1976. Tenían lugar transformaciones inéditas para los
cubanos: se constituían los órganos del Poder Popular. Quizás ni
la camagüeyana Iraida Curró Basulto, electa delegada en octubre de
ese año, sospechaba el alcance de tal labor y su repercusión en la
comunidad.
Iraida junto a Pedro Cervantes (a la izquierda) y Omelio Oms, presidente de la Comisión de Vivienda de la circunscripción 35 (a la derecha).
Tenía entonces 27 años
de edad y daba sus primeros pasos como Licenciada en Derecho cuando
la propusieron por primera vez. Nunca pensó ser electa, pues de los
ocho candidatos era la más joven y de menos experiencia
profesional.
Cuenta Iraida que en su
primer despacho atendió a 37 personas. "Todos los vecinos querían
plantearme sus problemas; no sabía si podría ayudarlos, pero los
escuché. La primera reunión municipal fue tremenda, comenzó a las
9:00 a.m. y concluyó a las 4 de la madrugada del día siguiente,
porque cada delegado quería plantear todos los problemas existentes
en sus circunscripciones".
Lo primero que hizo en
favor de la comunidad fue gestionar los materiales para asfaltar las
calles principales, reparar casas en mal estado y construir una
bodega. Tres décadas después sus electores la siguen prefiriendo
por su dedicación y empeño en solucionar las dificultades de la
jurisdicción.
Continúa siendo la
misma delegada "fuera de liga" que hizo ver a los pobladores del
barrio lo que podía hacer por ellos el Poder Popular, afirmó a
Granma Pedro Cervantes, quien la propuso por primera vez y desde
entonces continúa haciéndolo.
"Es
muy consagrada y cuando se propone algo lo logra, no le importa
montarse en un carro, una guagua o en un carretón, e ir hasta el
fin del mundo para solucionar un problema, dijo. Las calles son el
mejor testimonio de su labor en la circunscripción; también
viabilizó las edificaciones de un consultorio del Médico de la
Familia y un puesto donde se venden viandas.
Una de las cosas que
más emocionan a Iraida de los comicios es que cada vez que la
eligen delegada, los vecinos organizan una conga y recorren todo el
barrio hasta llegar a la puerta de su casa. "Al sentir la música
salgo feliz, sonriendo porque ya conozco el resultado". Lo que la
motiva a seguir adelante es la confianza que han depositado en ella
los electores de la comunidad.
Para Iraida, quien
actualmente se desempeña como profesora en la Universidad de
Camagüey y el Instituto Superior de Cultura Física Comandante
Manuel Fajardo, ser la delegada de la circunscripción número 35 no
es cosa fácil, pues con sus cuatro zonas y 1 873 electores es la
más grande de Camagüey, pero esto no la amilana. Continúa sus
proyectos de renovación de la comunidad encaminados a terminar de
asfaltar las calles de la jurisdicción, arreglar la zanja de la
calle Sociedad Patriótica, apoyar a los vecinos en la obtención de
materiales para arreglar algunas viviendas y electrificar la
barriada Salomé.
Insistir, insistir e
insistir es mi lema a la hora de solucionar las demandas de la
población, revela Iraida, quien considera la sinceridad como la
mayor virtud. "Tal vez ahí esté la clave de mi mandato durante 30
años consecutivos". |