Especialistas
cubanos restauran el mural Para que la libertad no se convierta
en estatua, una de las numerosas obras del chileno Roberto
Matta presentes en la colección de artes plásticas que posee
la Casa de las Américas.
El destacado pintor mantuvo una
estrecha relación desde la década del sesenta hasta los últimos
años de su vida, con la prestigiosa institución cubana.
La citada pieza es un mural de 10 por
tres metros realizado con la técnica de pintura de caballete, y fue
expuesto en la Casa de las Américas en marzo de 1967 integrando una
exposición de 17 pinturas y dibujos de Matta, quien se sumó por
aquellos años desde su arte a las protestas contra la guerra en
Vietnam.
Las labores de restauración de esta
obra de gran formato (solamente el lienzo pesa más de 60 libras y
en conjunto con los bastidores supera las 200) han incluido
limpieza, estucado, reíntegro de color en zonas afectadas y
barnizado, además de una renovación del soporte de madera.
Es la segunda creación de Matta que
restaura Sergio Hernández, quien trabajó el pasado año con el
mural Cuba es la capital, ubicado a la entrada de la Casa y
convertido en uno de sus símbolos.
"Se trata de dejar listo el
mural para que regrese al sitio que durante muchos años ocupó en
la Sala Che Guevara de nuestra institución", explicó Lourdes
Benigni, directora de artes plásticas de la Casa de las Américas.
Ese momento, según informó,
llegará el próximo mes de marzo, cuando una gran exposición con
el arte de Matta abrirá en la Casa un año de homenaje al artista,
en el transcurso del cual se sucederán muestras, presentaciones,
eventos teóricos y otras acciones.
Matta es sin dudas uno de los
artistas más representados en la Colección Arte de Nuestra
América, que reúne más de 16 mil obras en un abarcador panorama
de géneros, expresiones, técnicas y generaciones de lo más vivo
de la creación contemporánea en América Latina y el Caribe.
En su caso específico, abundó
Benigni, contamos con aguafuertes, litografías, pinturas, dibujos y
objetos ocasionales que realizó durante sus estancias aquí, a lo
que se añade un profuso testimonio epistolar.
En 1963, Roberto Matta llegó a Cuba
invitado por la Casa de las Américas. En esa ocasión, con lechada
de cal y tierra de lugares cercanos al edificio, creó la pieza Cuba
es la capital.
Luego regresaría a la institución
en varias ocasiones en los años posteriores como parte de una
fructífera relación por la cual en 1989, a propósito del
aniversario 30 de la Casa, recibió la Medalla Haydee Santamaría.
Su última visita tuvo lugar en
febrero de 1997, acompañado de su esposa Germana Ferrari, quien
viajará a La Habana en marzo para el inicio del año de homenaje
junto a otras personalidades vinculadas a la vida y obra de uno de
los más vibrantes artistas del pasado siglo.
(AIN)