ROMA, 20 de febrero (PL).—
La fiscalía de Roma abrió hoy una investigación contra el ex
ministro italiano de Reforma Constitucional Roberto Calderoli,
acusado de vilipendiar la religión islámica y provocar protestas
en Libia que causaron 12 muertos.
A Calderoli se le imputa presentarse
la semana pasada en un programa de la televisora RAI vistiendo una
camiseta con las polémicas caricaturas del profeta Mahoma.
El pasado miércoles, el todavía
titular de Reforma lanzó más leña al fuego al anunciar su
disposición de regalar esa prenda de vestir con las imágenes de
Mahoma a quienes las desearan para, dijo, enfrentar el extremismo
islámico.
También precisó que a partir de ese
momento usaría dichas camisetas.
Con esa actitud, Calderoli, quien es
miembro del ultranacionalista partido gubernamental La Liga Norte,
lejos de apaciguar los ánimos, los enardeció y se vio obligado a
renunciar el sábado último.
Precisamente, ese mismo día se
registró una violenta protesta frente al consulado italiano en
Bengasi, Libia, con un saldo de 12 muertos, contra su aparición
televisiva con esa prenda de vestir.
El primer ministro Silvio Berlusconi
criticó públicamente el proceder del ex titular, el cual se
registra en medio de la campaña electoral de cara a los comicios
legislativos de abril próximo.
Berlusconi adjudicó a un acto de
ligereza de Calderoli la manifestación realizada en suelo libio,
donde las autoridades también la atribuyeron al titular.
Sin embargo, a pesar de todo, el ex
ministro se beneficiará con la entrada en vigor de una de las
nuevas leyes recién aprobadas, en base a la cual sólo se le podrá
imponer una multa de entre mil y cinco mil euros.
La llamada guerra de las caricaturas
se desató tras divulgar el diario conservador danés
Jyllands-Postem varios dibujos ridiculizando al profeta, entre ellos
uno en que aparece con una bomba en el turbante que lleva en la
cabeza.
Rotativos de Francia, Noruega e
Italia imitaron a ese periódico y también sacaron a la luz dichas
imágenes provocando la protesta del mundo musulmán, que califica
esas actividades de provocación al considerar una blasfemia las
caricaturas del profeta.