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El tesoro de Melián
A pocos metros del
Cangrejo
RAFAEL PÉREZ VALDÉS
CAIBARIÉN.—Lo vi por
primera vez hace pocos días, gracias a una de esas agradables
sorpresas que nos reserva la vida. Ocurrió cuando empecé a caminar
huyéndole al sol rumbo al reparto Van Troi por la Circunvalación,
junto a Moraima (mi esposa) y Rafael Emanuel (nuestro hijo de dos
años de edad)…
Estaba en el patio de su
vieja casona, necesitada de un pase de mano, junto a Isa (su
compañera). Enseguida supe por su relato que Juan Melián Santiago,
de 68 años de edad, era fundador y jubilado del MININT, como agente
de la Policía Económica, cuando a principios del Triunfo de la
Revolución se recogió la Moneda Plata. Él mismo, un tiempo
después, hizo una donación familiar de unas monedas de oro,
valoradas en más de 20 000 dólares, de la cual hoy sigue viviendo
orgulloso.
Un poco más atrás se
encuentra la escultura del Cangrejo, idea suya llevada a la
práctica por Gelabert. Y enseguida le salieron a flote sus
sentimientos martianos, fidelistas, sinceros, idealistas,
románticos… Ahora continúa con muchísimas inquietudes. Una de
ellas es apoyar el rescate de tradiciones de esta zona.
Fue combatiente del
clandestinaje, trabajador de la Banca Privada y luego fundador del
Banco Popular de Ahorro. En 1984 presentó la ponencia Conversando
del ahorro, tema que entonces sugirió fuera incorporado como una
asignatura en las escuelas. Otra inspiración lo llevó a escribirle
a Guayasamín, a raíz de un concurso, con el trabajo Fidel el
hombre, y recibió de esa Fundación una réplica del dibujo de las
manos del Comandante en Jefe.
No es todo: sigue
aumentando su sólida cultura (es capaz de repetir de memoria
variados textos); está preparando un libro, El loco y el perro, que
tiene mucho del estilo de un programa crítico que tuvo en Radio
Caibarién. Entonces nos sacó de su biblioteca, a propósito del
aniversario del natalicio de Martí, uno de sus tesoros: "Una
poesía, escrita por mi en 1983, pero que creo mantiene más
vigencia que entonces. Si la viera publicada en nuestra prensa, no
es necesario que sea con mi nombre, creo que después podría morir
en paz".
Y aquí aparece la
poesía ("más sentida que técnica"), con la esperanza de
que continué viviendo muchos años más…
MARTÍ
LATINOAMERICANISTA
A José Martí:
Patriota. Apóstol de
pueblos. Guía de Hombres. A su memoria: Rosa erguida, blanca, que
nació para jamás morir. Un amigo.
En España le nace la
sangre: América toda es su alma.
Cabalga su pensamiento
por nuestra América pobre:
Con ellos echa su
suerte.
Sienten el Indio y el
Negro esclavo su gigante humanidad,
el vecino arrogante y
poderoso su verbo restallante:
"Rojo como en el
desierto
Salió el sol al
horizonte:
Y alumbró a un esclavo
muerto
Colgado a un seibo del
monte.
Un niño lo vio: tembló
De pasión por los que
gimen:
Y, al pie del muerto,
juró
lavar con su vida el
crimen."
Juez de un continente
dicta la sentencia.
Indica el camino:
Enciende la antorcha.
Se asoma a la América y
la ofrece.
Intereses que pugnan, no
lo someten.
El culto pleno a la
dignidad, lo mata.
Ya parece la llama se
apaga,
cuando en su Patria
querida,
nace la simiente.
Medio siglo… Más,
manchan sus ideas: Derraman su sangre.
Los pobres de su tierra
siguen el ejemplo:
El guía abre el libro.
Lee en voz alta:
Un pueblo de hombres no
mendiga, sus derechos arrancan.
La dignidad se hace
fusil.
Ya nunca el Sol de
América se oscurecerá.
Alguien toma la
antorcha: La casa toda se alumbra.
América vuelve a nacer.
América se agita.
América camina.
El vecino poderoso,
tiembla.
El negro, el blanco y el
indio ya son pueblos:
ya leen y escriben.
Ya piensan y escogen.
Ya hablan.
Ya otros le escuchan.
Ya Latinoamérica está
de pie…
Un Cóndor gigante…
Enorme, vigila sus predios.
El ave rapaz vecina,
teme ya robar sus polluelos.
—¿Qué es esto?...
¿América unida, de pie…
sin miedo?...
—En Cuba está el
culpable… Vocifera el Imperio.
José Julián Martí y
Pérez, es el acusado:
Fidel Castro lo
defiende.
Un continente de hambre
y abusos lleno, los atiende:
No es odio, ni venganza
lo que para hermanos se pretende:
¡Es Dignidad!
¡Dignidad Plena...!
¡Esa..!
¡Esa que hoy, Cuba y
América,
ante un mundo
expectante:
¡Tienen!
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