Prevén nuevo plan de control fronterizo en EE.UU.

WASHINGTON, 18 de enero (PL).— Autoridades estadounidenses confirmaron hoy que implementarán en próximos meses un nuevo sistema de identificación para controlar el tránsito de personas desde las fronteras con Canadá y México.

De acuerdo con un comunicado de la Secretaría de Estado, el plan está basado en la introducción de un nuevo documento denominado "tarjeta fronteriza", la cual fue diseñada con elementos de tecnología informática para seguridad de los viajeros.

El nombre oficial de la licencia es PASS (People Access Security Service, o Servicio de Seguridad para el Acceso de Personas) y es muy similar al pase para conducir estadounidense, explicaron las fuentes en la prensa nacional.

La perspectiva de los responsables federales norteamericanos es que el flamante proyecto garantice una mayor coordinación en las operaciones anuales de ingreso y salida de millones de individuos por las áreas fronterizas.

Millones de inmigrantes comenzaron el año nuevo en Estados Unidos con la previsión de un incierto futuro y la incertidumbre de que el gobierno federal refuerce las medidas contra los indocumentados.

Unos cinco proyectos serán en breve analizados por el Congreso norteamericano, y se conjeturan modificaciones legislativas que entorpecerían la obtención de documentos de residencia legal, entre otras restricciones civiles.

Más de 10 millones de inmigrantes ilegales recibieron 2006 con la aprensión de que Washington emprenda reformas de las leyes de inmigración y cambie el destino de estas personas, reseñó el diario La Opinión.

Por lo pronto, el gobierno de México expresó su inquietud por la poca voluntad de solución por parte de la administración del presidente George W. Bush hacia la situación de millones de emigrantes ilícitos que trabajan en Estados Unidos.

Grupos de derechos civiles denunciaron por su lado que los planes previstos por la Casa Blanca pretenden aprovechar la mano de obra barata que representa un empleado extranjero no calificado, y también incuban trampas legales de deportación.

Muchos proyectos parecen ideados para satisfacer a aquellos que repudian la penetración de los inmigrantes, pero quieren beneficiarse de sus labores para cubrir plazas desdeñadas por estadounidenses, comenta el periódico.

Una reciente encuesta de la cadena de televisión ABC reflejó que el 54 por ciento de los norteamericanos desaprueba la forma en que Bush maneja el asunto de la inmigración, mientras otro tanto votó para que los emigrantes puedan conseguir empleos fácilmente.

 

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