Salud + amor = data
Texto
y fotos: JUVENAL BALÁN NEYRA (Enviado Especial).
internacionales@granma.cip.cu
Las más de cien
familias que bajaron de lugares montañosos para resguardarse del
invierno en el campamento de refugiados de Gonda, así como los 66
niños huérfanos, por el fuerte terremoto del 8 de octubre del
pasado año, que están ubicados en el campamento Lahore House,
ambos en Data, región de Mansehra, en el norte de Paquistán, día
tras día reciben la visita de los médicos cubanos capitaneados por
el doctor Luis Toca Smith.
Los más chicos se identifican mucho con las doctoras cubanas.
Las tiendas de campaña
que cobijan a los especialistas en Medicina General Integral, están
en la misma entrada del campo Gonda. Cuando los hombres y mujeres,
salen temprano en la mañana, unos hacia el lugar de los niños
huérfanos y otros adentrándose en Gonda, no cesan los saludos de
los paquistaníes, que ya conocen de la dedicación y el amor con
que trabajan los doctores cubanos.
El doctor Luis Toca Smith es pionero de la asistencia médica cubana en Data.
En cada tienda de
campaña se ubica una familia, algunos con camastros, frazadas y
colchonetas que le sirven para protegerse de las bajas temperaturas;
otros con mantas utilizando como cama la tierra, antes campo de
maíz. Muchos médicos cubanos en el norte paquistaní también
durmieron en la tierra por muchos días.
Ismary y Yuliet, pasan diariamente por la tienda de campaña de Shakila a chequear la recuperación del brazo.
En un rincón, algunos
trastos salvados del desastre a la hora de la partida. A la entrada
de la cabaña, un pequeño orificio protegido por un murito de
tierra arcillada, para mantener el fuego en varias ramas secas y
lograr el calor suficiente que permita cocinar la torta de chapati o
roti, el alimento principal de la dieta paquistaní, que es un pan
sin levadura similar al pan de pita.
Con dedicación y amor estos médicos cubanos realizan su labor junto a los refugiados.
Hasta allí diariamente
llega la asistencia médica que ya pasó de la atención a las
heridas y traumas psíquicos producidos por el sismo, a las
enfermedades endémicas en la población por la pobreza en que
viven, y se prepara un cuadro de salud que les permita a los galenos
cubanos conocer la situación individual de cada grupo y poder
prevenir enfermedades a través de la orientación especializada.
En el campo de Lahore
House, tienen una paciente que todos los días es chequeada con
minuciosidad. Shakila Bibí, perdió a dos de sus pequeños hijos
cuando el terremoto en Mahmdri, en el distrito de Balakot y ahora se
recupera de una fractura en la clavícula, con la ayuda de las
doctoras Ismary Pumariega Masotó y Yuliet Almeida Martínez.
Los 66 niños huérfanos
por la tragedia, que en este campo se cobijan para tener un lugar
donde vivir y alimentarse, no sólo reciben la asistencia médica
especializada, sino también mucho amor por parte de los cubanos,
ese del cual carecen por imposición de la naturaleza.
Ismary cuenta que cuando
comenzaron las consultas una madre trajo a su hija, con un vendaje
en la cabeza, sangrando. Al retirar el mismo tenía una herida
profunda que le dejaba ver la masa encefálica. Peligraba la vida de
la menor. Dio los primeros auxilios, la preparó y acompañó hasta
la carretera para buscar un medio de transporte que la llevara al
hospital más cercano ubicado en Mansehra a unos 6 ó 7 kilómetros.
La madre no quería montar en el vehículo porque no tenía dinero
para pagar el pasajeÁ Ya, junto al campamento de refugiados en
Data, están las tiendas de campaña de un hospital cubano que
presta servicios de consultas, rayos X, ultrasonido, laboratorio,
salón quirúrgico y áreas para rehabilitación física y
fisoterapia, la niña fue atendida por especialistas.
Los días amanecen más
fríos cada vez y cuando las lluvias que acompañan las bajas
temperaturas se apoderan del lugar, la tierra se convierte en un
fanguero que en ocasiones cuesta trabajo caminar y mantener el
equilibrio, pero a pesar de ello, Luis, Ismary, Yudelkis, Wilfredo,
Abel y Luis Alberto siguen con su bella obra. |