Revelan muertes de mexicanos a manos de 
patrulla fronteriza

WASHINGTON, 12 de enero.—En los últimos 15 meses, la patrulla fronteriza estadounidense provocó la muerte de siete inmigrantes mexicanos, evidencia una investigación divulgada hoy.

Informes de la institución policial y de diversas organizaciones no gubernamentales acopiados por el periódico La Opinión, de Los Ángeles, confirman que esas personas perdieron la vida como consecuencia de acciones directas de los uniformados, destaca un despacho de Prensa Latina.

De acuerdo con el diario, luego de la muerte del joven Guillermo Martínez, el 30 de diciembre último en la franja fronteriza de Tijuana, han salido a flote otros casos de abuso de las autoridades norteamericanas contra indocumentados mexicanos.

Según los informes, en octubre del 2004 murieron las guanajuatenses María Guadalupe Gómez, su hija Adriana Martínez, y su amiga Carmen Bustamante Aguirre.

Cuando estaban a unos metros de internarse en Eagle Pass, Texas, miembros de la patrulla las descubrieron y las obligaron a regresar nadando a Piedras Negras, Coahuila. Las tres fueron arrastradas por la corriente del río Bravo.

En la frontera californiana agentes estadounidenses adscritos a los sectores de San Diego y El Centro provocaron durante el 2005 varias muertes en ambos lados de la franja limítrofe.

Entre ellas está el caso de Guillermo Martínez, incidente que ha generado un gran debate en México y Estados Unidos sobre la problemática migratoria.

Martínez, de 20 años de edad, fue herido por la espalda a manos del agente fronterizo Faustino Campos.

El organismo Defensa y Promoción de los Derechos Humanos Emiliano Zapata, con sede en Matamoros, Tamaulipas, añadió otro episodio mortal ocurrido en los límites de esa comunidad con Texas.

Informes de la entidad aseguran que el 14 de diciembre pasado, en una de sus habituales persecuciones, los agentes ocasionaron la muerte de Carlos Martínez Chávez, de 17 años.

La agrupación documenta que el joven fue perseguido por elementos de la Patrulla Fronteriza, quienes "lo gasearon hasta que lo vieron meterse otra vez al río Bravo; por los nervios y cegado por el gas que le aventaron en la cara, Carlos no pudo nadar y murió ahogado".

Otra de las muertes en el 2005 ocurrió el 4 de octubre, precisa un reporte del Comité de Amigos Americanos de Estados Unidos.

Los documentos consultados por La Opinión arrojaron que cada 16 horas muere un inmigrante, por diferentes causas.

Desde hace 11 años, después de autorizada por Washington la Operación Guardián, 3 000 personas han muerto en su intento de cruzar la frontera sur de Estados Unidos.

Como promedio, en el último lustro, cada año pierden la vida en el límite de México y la Unión Americana 500 personas, heridas por armas de fuego, deshidratadas, ahogadas, insoladas, violadas o asaltadas.

Una tercera parte no ha sido identificada, por lo que en la década reciente se ha acumulado un rezago de al menos 1 000 cadáveres que han ido a parar a fosas comunes, de acuerdo con cifras de la Fundación de Asistencia Rural de California.

La CRAF (por sus siglas en inglés), fundada en el año 2000, se encarga de recorrer los cementerios fronterizos en busca de los "John y Jane Doe", nombres simbólicos que utiliza para referirse a los cuerpos sin identificar.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Deportes | Cultura |
| Cartas | Comentarios | Ciencia y Tecnología | Lapizcopio| Especiales |

SubirSubir