NACIONES UNIDAS, 22 de noviembre (PL).—
El hambre y unas pocas enfermedades infecciosas curables fueron
identificadas hoy como la causa de muerte cada año de seis millones
de niños por la Organización de Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO).
En su informe anual sobre El
estado de la inseguridad alimentaria en el mundo, el
organismo de ONU insiste en que ambos factores figuran entre las
causas más profundas de la pobreza, el analfabetismo, la enfermedad
y la alta mortalidad en los países en desarrollo.
Señala que la gran mayoría de los
pequeños fallece debido a enfermedades curables como diarreas,
neumonía, malaria y sarampión, y sobrevivirían si sus cuerpos y
sistemas inmunitarios no estuvieran debilitados por el hambre y la
desnutrición.
FAO lamenta el lento avance hacia el
primer Objetivo de Desarrollo del Milenio, la lucha contra la
pobreza y el hambre extrema, y su pretensión de reducirla a la
mitad en 2015.
En ese sentido precisa que si se
mantiene el ritmo actual de reducción de la pobreza en el mundo
subdesarrollado, sólo América del Sur y el Caribe alcanzarán la
meta de reducir a la mitad las personas hambrientas.
Jacques Diouf, director general de la
FAO, comenta en la introducción del reporte anual que la región de
Asia y el Pacífico también tiene posibilidades si logra
incrementar el ritmo de los avances en los años venideros.
En el caso del Cercano Oriente y
África, apunta que la prevalencia del hambre es baja, pero está
aumentando en vez de disminuir.
Pero en África Subsahariana, a pesar
de la lenta disminución del índice de desnutrición, se
necesitará acelerar considerablemente el ritmo de progreso para la
consecución de esas metas.
"Todavía podemos alcanzar la
mayor parte de las metas de desarrollo... pero sólo será posible
si se redoblan los esfuerzos y se hacen más eficaces",
puntualiza Diouf.
El funcionario llama a priorizar el
desarrollo de las zonas rurales y la agricultura, como medio
fundamental de subsistencia de esas regiones.
Cerca del 75 por ciento de las
víctimas del hambre y la pobreza en el mundo residen en áreas
rurales con menos recursos y allí vive la gran mayoría de los casi
11 millones de niños que mueren antes de cumplir los cinco años.
Las zonas rurales también están los
121 millones de pequeños que no acuden a la escuela, las 530 mil
mujeres que fallecen durante el embarazo y el parto y ocurren los
300 casos de malaria y el millón de muertes que cobra cada año,
agrega el informe de FAO.
Este organismo especializado de ONU,
cuya sede radica en Roma, se refiere a la importancia de la
alimentación adecuada para romper el círculo vicioso del hambre y
la pobreza, y alcanzar los objetivos de desarrollo.
Para ello considera necesario, entre
otras, impulsar el crecimiento económico, las inversiones en la
agricultura, el buen gobierno, la estabilidad política y la paz, la
educación, mejorar la situación de la mujer y las infraestructuras
rurales.
Otro aspecto destacado en el
documento es el combate contra las enfermedades que, dice, "se
ceban en los grupos vulnerables".
En particular, la FAO señala que el
VIH/SIDA, la malaria y la tuberculosis son responsables de la muerte
de más de seis millones de personas cada año, en particular en
África Subsahariana, donde se concentran los índices más elevados
de desnutrición y pobreza extrema.