Visas en suspenso para familiares de los Cinco

¿Por qué dilatar la justicia y obviar los derechos?

Lourdes Pérez Navarro
lourdes.p@granma.cip.cu

Ni un sí, ni un no. Solo esperar, dilatar la respuesta. Algo que ya se ha hecho costumbre en el largo proceso judicial —y político— que se tramita en Estados Unidos contra René, Gerardo, Antonio, Fernando y Ramón.

Foto: JORGE LUIS GONZÁLEZOlga, acompañada de la abogada Nuris Piñero, fue de las últimas personas en ser atendidas ayer en la SINA.

Ayer, por séptima ocasión, Olga Salanueva acudió a la entrevista con los funcionarios de la Sección de Intereses de los EE.UU. (SINA) en La Habana, para solicitar una visa que le permita visitar a su esposo, René González, quien cumple una injusta condena. No recibió respuesta definitiva.

El caso de usted no lo podemos resolver aquí, queda pendiente. Su solicitud tiene que ser consultada con el Departamento de Estado. Le avisaremos por teléfono, aunque lo más probable es que la citemos nuevamente para continuar la entrevista, pues en su expediente consta que fue deportada hace cinco años (noviembre del 2000), le respondieron.

Le preguntaron su nombre, edad, las ocasiones anteriores en que ha visitado Estados Unidos, la causa del regreso, a quién iba a ver y por quéÁ "Voy a ver a mi esposo y a acompañar a mi hija a que vea a su padre, a un encuentro familiar, pues hace cinco años que no lo hacemos", subrayó.

Seis veces le han truncado a Olga su propósito arguyendo disímiles justificaciones, desde considerarla un peligro para la seguridad nacional hasta el hecho de haber sido deportada. En una ocasión llegaron a otorgarle el visado y a la semana le comunicaron que había sido revocado.

Con tales negativas violan también el derecho de su hija Ivett, de siete años de edad, al reencuentro con su padre, al que solo recuerda por fotos. A pesar de ser ciudadana norteamericana, los daños psicológicos ocasionados por la obligada separación, hacen aconsejable que el viaje hasta la prisión donde René cumple injusta condena, y la visita, sucedan en compañía de su madre. La pequeña añora el encuentro. "Mami, ojalá que esta vez te digan que sí y podamos ir a ver a mi papá", le dijo a Olga cuando salía hacia la SINA.

Con la respuesta a la solicitud de visa ocurre igual que con la solución al caso de nuestros Cinco compatriotas: se dilata injustamente.

Luego de recibir la noticia de que 12 jueces de la Corte de Atlanta reconsiderarían el caso, René aseguró en una carta a su esposa que esta es una artimaña de la Fiscalía para alargar el proceso y aumentar la estadía de él y sus compañeros en prisión. Un día más que pase, un día más que haya Revolución, será un triunfo más —remarcó—, a pesar de que esto implique más tiempo en la cárcel. "Es casi imposible que el veredicto de los tres jueces de Atlanta sea revocado; tendrán que hacer un nuevo juicio, y si impera la justicia, saldremos absueltos", aseguró.

NO HAY ARGUMENTOS PARA UNA NEGATIVA

Para la máster en Derecho Nuris Piñero, abogada del equipo de la defensa, está claro que este es un proceso político en el que la decisión de otorgar o no la visa depende de Washington.

Si reflexionan y hacen una valoración adecuada de lo que constituyen las garantías a la familia, de los derechos humanos que tanto ellos proclaman, entonces tendremos que ser optimistas, comentó.

La letrada advirtió que ya no tienen argumentos que dar para negarse a entregarle la visa a Olga. Destacó que el 22 de noviembre se cumplen cinco años de la deportación, "de manera que EE.UU. no tiene ningún pretexto para argumentar la negativa de visa. La Ley de Inmigración y Naturalización da la posibilidad a cualquier persona que haya sido deportada de que se reanalice su caso para poder entrar nuevamente a ese país."

Según refirió, la SINA tuvo un margen largo y otro corto para analizar qué responder. Uno largo porque desde hace dos meses sabía que ella iba a acudir este miércoles a la entrevista, y uno corto que cuenta a partir de las 12:00 del día del martes, en que Olga entregó su pasaporte con el propósito de que la incluyeran en la computadora, y tuvieran el expediente a mano. Cuando el vicecónsul la entrevistó, conocía perfectamente que Olga había recibido una revocatoria de visa en el 2002, que había sido deportada y que en ocasiones anteriores le habían negado la posibilidad de facilitar el encuentro familiar, apuntó.

Las autoridades estadounidenses no están actuando con vocación por la justicia, alertó; están obviando el derecho que le asiste a Ivett de visitar a su papá en compañía de su mamá, obviando el derecho que le asiste a René como persona detenida, de poder recibir la visita de sus familiares más queridos, y también los derechos de la mujer, entre los cuales está el de no ser sometida a tortura de ningún tipo. Sin embargo, al negarse la visa, Olga, René y la más pequeña de sus hijas, han sido víctimas de castigo psicológico.

El procedimiento para solicitar visa, para cualquier persona que reside en Cuba y pretenda viajar a EE.UU. es realmente una tortura, valoró Nuris Piñero. Si a eso le añadimos que en el caso de los familiares de los Cinco no es una visita común y corriente, sino que se trata de visitar a una persona que tiene dañado uno de los bienes más importantes: la libertad, es aún más cruel, contrastó.

De semejante tortura psicológica ha sido víctima en seis ocasiones Adriana Pérez, esposa de Gerardo. El pasado 5 de octubre le negaron su solicitud de visa por ser "posible emigrante"; el 31 de ese mes recibió la noticia de la prolongación del caso al admitirse la reconsideración del fallo de apelación. Hace siete años que no se ven.

Pese a ello no se amilanan. Gerardo, con su probada entereza y fortaleza, en reciente carta le dijo: "Hay que estar preparado, lo nuestro es un proceso político, tenemos que ser lo suficientemente fuertes y maduros para enfrentarlo, al final vamos a ganarlo...No es un momento de tristeza. No hemos perdido nada, hemos ganado, ya mucha gente conoce que hubo un veredicto razonado donde se impuso la justicia. Echarlo hacia atrás sería negar la ley y la justicia norteamericanas."

 

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