Desde Venezuela

La "mirada" de un ojito de cristal

VENTURA DE JESÚS Enviado especial

Los padres de Lauren conocieron de la triste noticia justo cuando se preparaban para celebrar un acontecimiento feliz: el primer año de vida de su hija más pequeña.

Lauren seguirá siendo atendida, cueste lo que cueste, como todos los niños cubanos que lo necesiten.

"La llevamos al hospital pediátrico provincial Octavio de la Concepción, al percatarnos de que a menudo su ojito izquierdo se quedaba en blanco. Cuando la estudiaron mediante el somatón nos dieron el diagnóstico que luego fue confirmado por medio de otras pesquisas científicas: tumor maligno.

"Aquí hay algo raro y no contamos con mucho tiempo, fue la frase de la especialista."

En efecto, se trataba de un Retinoblastoma, flemón canceroso alojado en el globo ocular. El dictamen ofrecía escasas posibilidades de salvación para la niña. Veinticuatro horas después era atendida por un equipo médico del Instituto Nacional de Oncología y Radiología y del Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ). Nadie preguntó su procedencia ni hicieron falta recomendaciones.

El periodista Aroldo García, padre de la niña, sintió que el mundo se le venía encima. Él y su esposa malgastaron las horas buscando cálculos ilusorios o una respuesta menos dura. Pero la realidad indicaba casi lo peor. La vida de Lauren, de apenas nueve meses, pendía de un hilo.

Durante varios días la ciencia cubana, especialistas todos formados por la Revolución, lucharon fuertemente como tantas otras veces. Hubo que llevarla al salón de operaciones. Era preciso extirpar el ojito para descartar que el tumor se hubiera extendido a través del nervio óptico. Luego vino el tratamiento, extremadamente duro y que solo gracias a la pericia del personal médico no resultó más angustioso.

¿Siempre tuvieron a su alcance los medicamentos necesarios?

"Aunque la muerte era el único desenlace que no estábamos preparados para soportar, su madre y yo llegamos a creer que no rebasaría. Se debilitó mucho y parecía que no aguantaba. Esto se debió a la carencia de un medicamento para contener los efectos de los sueros citostáticos. Se le pudieron poner apenas 16 frascos de los 52 indicados.

"A pesar de los ingentes esfuerzos del país no se consiguió el resto. Lo impidió el absurdo y brutal bloqueo de Estados Unidos contra nuestro pueblo. Fueron las horas más angustiosas de nuestras vidas. Afortunadamente nuestra hija no se rindió y toleró la dureza del tratamiento".

Lauren García está a punto de cumplir los cinco años de edad y comenzó este año su vida escolar en el centro primario Simón Bolívar, en el reparto Pedro Díaz Coello, en Holguín. Allí transcurre su vida sin el menor contratiempo y con muchos sueños por delante.

A los padres, sin embargo, los conmueve la pregunta inocente que la niña les hace frecuentemente. ¿Mamá, por qué yo tengo un ojito de cristal?

"Algún día le contaré toda la historia. Sabrá que por culpa de ese criminal bloqueo estuvo a punto de perder su vida. También le diré que después de su operación tuvimos que llevarla cada semana a la capital del país donde la esperaba un especialista para suministrarle un medicamento que le cuesta al país 400 dólares cada dosis.

"Sabrá que cada dos meses debe acudir al Centro Nacional de Investigaciones y a un importante Laboratorio de Rehabilitación Física, y que quienes allí la atienden ya son parte de su familia, pues el seguimiento del caso será para siempre, aún estando en perfectas condiciones de salud.

"Mi hija vive hoy milagrosamente, gracias a la lucha constante de nuestro país por proteger a su pueblo cueste lo que cueste. Ella no es más que un símbolo de la resistencia de los cubanos ante ese atroz bloqueo que permanecerá en la historia de la humanidad como uno de los pasajes más tristemente célebres del imperialismo yanki", nos dice Aroldo, quien hoy cumple la misión de corresponsal de Radio Rebelde en la hermana República Bolivariana de Venezuela.

 

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