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Miriam Makeba, la magia de una voz
OMAR VÁZQUEZ
omar.vc@granma.cip.cu
Miriam
Makeba nos recordó una actuación en la que la peruana Ima Sumac
reconstruía solo con su voz el sonido de la floresta y de varios
instrumentos musicales, antes de acompañarnos con su tesitura plena
y desnuda. La sudafricana alberga en su garganta toda una orquesta y
en su alma todo un continente. Tanto nos impresionó en su concierto
habanero Mamá África: siempre.
Toda la enorme riqueza
del acervo musical africano, pulida y abrillantada mediante un
trabajo auténtico y sin concesiones, resaltó con su
interpretación de Live the future, Animanpango, Africa is where
my heart live, Makubai y Mamia, entre las diez canciones
que conformaron el programa del teatro Astral. Por supuesto, se
reservó para darnos el gozo mayor con Pata, pata, quizás el
tema más emblemático de su carrera, con el público coreando y
bailando con ella.
Sus músicos
acompañantes, procedentes de diferentes países de África,
brillaron a gran nivel, y en el caso de los coristas, demostraron
que su única función no es la de complementar a la Makeba, sino
que son, por sí mismos, excelentes vocalistas, de manera muy
especial la cantante Sensy Lee, con su interpretación a capella.
La fiesta solidaria y
artística concluyó con la entrega a Miriam Makeba de la
Distinción por la Cultura Nacional, la cual le fue impuesta por
Abel Prieto, miembro del Buró Político y ministro de Cultura; y
ella uniéndose al excelente grupo Canela en la interpretación de Pata,
pata.
Conmovió ver a esta
vital mujer, con sus 73 años, despedirse artísticamente emocionada
de nuestro pueblo, y echar un pie a la cubana ante el regocijo del
público. No era para menos. El arte y la lucha de quien —como
destacaron Thenjiwe Mtintso, embajadora de la República de
Sudáfrica en Cuba, el folclorista Rogelio Martínez Furé y el
músico Alberto Faya— colocó el nombre de África en el mundo con
sus canciones y es demostrada amiga de Cuba, merecen estos y más
grandes honores.
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