Hacen falta más que soluciones cosméticas
para la deuda externa

Plantean asistentes al Encuentro Sur-Norte, que concluye esta tarde en el Palacio de las Convenciones

Elson Concepción Pérez
elson.cp@granma.cip.cu 

Foto: JORGE LUIS GONZÁLEZLas sesiones de ayer en el Encuentro Sur-Norte de resistencia y alternativas frente a la deuda externa, se desarrollaron con debates abarcadores de problemas que afectan a los países pobres, así como sus vínculos con los estados ricos.

La búsqueda de elementos comunes en los reclamos del Tercer Mundo frente a las posiciones de los países del Norte, con vistas a desarrollar un profundo movimiento que propicie la anulación total de la deuda externa, caracterizó buena parte de las intervenciones en la plenaria.

Aunque se han escuchado voces de muchos convencidos de que solo con la eliminación del pago de la deuda no se resuelven los problemas de las naciones pobres, todavía parece incipiente el reclamo de escalar peldaños superiores en búsqueda del objetivo mayor: un nuevo orden económico internacional.

La decisión del G-8 de cancelar la deuda externa de algunos de los países más pobres, no pasa de ser un elemento cosmético, pues los países ricos saben muy bien, como denuncian los países pobres, que esa deuda es impagable, es decir, de ninguna manera se podría abonar.

En la sesión de la tarde funcionaron dos paneles de trabajo con la totalidad de los delegados e invitados al Encuentro.

El primero trató sobre el desafío para el movimiento global antideuda; y el segundo sobre Perspectivas y debates, referido a la sostenibilidad, cancelación, repudio y arbitraje de la deuda.

Al exponer la situación del continente africano, el senegalés Dembe Dembele se refirió a los 24 países de esa región que están en el proceso o en la etapa final que, de acuerdo con el FMI y el BM, van a alcanzar la sostenibilidad. A 14 de esos países les fueron condonadas las deudas, por supuesto con el enfoque de los organismos financieros, lo que no va a resolver la situación, dijo.

Van a seguir extrayendo dinero de los países pobres, además de que muchos de estos quedan fuera de la condonación de la deuda, porque no cumplen —según el criterio occidental— los requisitos de políticas de ajustes, reformas económicas determinadas por los organismos financieros internacionales.

Dijo que nada ha cambiado en cuanto a la reducción de la pobreza, porque el mercado no puede ser la solución.

Neil Watkins, coordinador en Estados Unidos del movimiento internacional Jubileo, se manifestó solidario con esa lucha y dijo que en Washington, en la última semana, el FMI y el BM celebraron una reunión anual a propuesta del G-8, donde se decidió cancelar algunos débitos para 18 países pobres altamente endeudados.

Al respecto señaló que lo que se hace con eso es aumentar la pobreza de esas naciones, y se pronunció por que se contemplen programas para ayudar a todos los países pobres.

Beverly Keene, de Argentina, manifestó que su país, considerado como de ingreso medio, más bien es una economía "sumergente" en vez de emergente.

Explicó los cambios en la naturaleza de la deuda financiera argentina y citó que de 44 000 millones de débitos en la década de los setenta, diez años más tarde esa cifra superó los 62 000 millones de dólares.

El Encuentro culminará sus sesiones en la tarde de este viernes en el Palacio de las Convenciones.

 

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