A partir de octubre de 2005, el
estado norteamericano de La Florida podría devenir en el sitio más
peligroso del mundo: una ley autorizará a los ciudadanos a disparar
a matar cuando se sientan amenazados.
El hecho inédito radica en que los
floridanos obtendrán el derecho de usar fuerza mortal, como primer
recurso, en cualquier momento en que ellos presientan algún indicio
de inseguridad personal, incluso en un lugar público.
En otras palabras: si usted viaja
como turista a Florida, y apaciblemente se le ocurre disfrutar del
aire fresco en un parque, podría recibir un balazo porque su cara
le pareció de terrorista a un asustadizo residente.
En un país como Estados Unidos,
dónde miles mueren inútilmente todos los años en accidentes de
arma de fuego o en confrontaciones violentas, esta nueva norma
promovida por el gobernador Jeb Bush —hermano del presidente
George W. Bush— es un enorme revés para el sentido común, el
compromiso cívico y la seguridad pública.
Y aún más. Podría patrocinar una
sociedad en la que el miedo y la desconfianza serían la regla
doméstica, mientras que la razón y la responsabilidad quedarían
como especies en peligro, alerta el sitio www.shootfirstlaw.org
erigido en contra de la llamada Ley de ¿Dispare Primero?.
"Bienvenido a Florida pero evite
problemas si no desea recibir un tiro", subraya el cartel de la
campaña de un gremio pacifista que respalda el control de armas
frente a la inminente entrada en vigor de la polémica ley estatal
impulsada por la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por su sigla
en inglés).
Tal legislación fue refrendada en
abril pasado y —según varios expertos—, convertida en doctrina,
podría en algunos años volverse una desgracia nacional. Jeb Bush
argumentó que se trata de un "asunto anticrimen, y la vida
será más segura aquí", dijo.
Con anterioridad, el contexto legal
solamente permitía a propietarios de armas disparar a otros
individuos si estos últimos invadían sus propiedades. Sin embargo,
desde ahora los "gatillos alegres" podrán abrir fuego en
cualquier ámbito público.
La norma no se instauró hasta el
momento en ninguno de los otros estados del norteño país, y causó
gran descontento en muchos sectores empresariales, principalmente
entre los que administran negocios turísticos.
Esta flamante ordenanza ofrece al
tirador protección legal e inmunidad frente a los cargos civiles, a
menos que la víctima sea un agente de la policía.
"Florida tiene un gran número
de turistas que vienen a regocijarse con las bellezas de nuestro
estado, ellos estarán más seguros desde ahora. La ley no cambiará
ese ambiente en lo absoluto", asegura Bush, el gobernador.
Por lo pronto, los lectores de
algunos periódicos de Boston, Chicago e incluso de Londres, ya
pueden leer ciertos anuncios de las secciones de viaje que
advierten: "En Florida, evite las disputas, y transite con
especial cautela".
Empero, lo más importante falta:
nadie le habla a los viajeros de la imprescindible adquisición de
chalecos antibalas. (PL)