WASHINGTON, 22 de septiembre (PL).—
Los abogados de la soldado estadounidense Lynddie England, uno de
los principales rostros de las torturas en la cárcel de Abu Ghraib,
alegarán problemas de personalidad en la acusada, para conseguir
una sanción benévola, trascendió hoy.
Según el diario The New York Times,
la defensa presentará en los próximos días el testimonio de un
psicólogo escolar, quien narrará que England "tuvo problemas
con el habla hasta los ocho años de edad".
El experto, oriundo de la ciudad
natal de la soldado —Virginia Occidental— dirá que conoce a la
acusada desde los cuatro años, y que "gracias a la enseñanza
especial" mejoró, pero que las dificultades de la infancia no
desaparecieron cuando alcanzó la madurez.
La vista oral contra England se
reinició este miércoles en Fort Hood, Texas, tras ser interrumpida
en mayo último, tras el aluvión de contradicciones existentes
entre su testimonio y el de Charles Graner, el principal entre los
militares involucrados en el escándalo de Abu Ghraib.
El rostro de England recorrió el
mundo a fines de 2003, al divulgar la televisora CBS decenas de
fotografías sobre las torturas y los vejámenes a que eran
sometidos los iraquíes en esa cárcel, ubicada en las afueras de
Bagdad.
La soldado, de 22 años de edad,
posó junto a pirámides de prisioneros desnudos, mientras apuntaba
a sus genitales, fumaba y tomaba parte en maltratos a los reos, en
algunos casos llevados por ella con una correa como si fuesen
perros.
En mayo el tribunal militar que la
juzgaba rechazó el alegato de culpabilidad de siete cargos
reconocidos por la acusada, que le hubieran rebajado de 16 a 11 los
años de prisión.
La imposibilidad de resolver las
contradicciones en los testimonios de England y su ex novio Charles
Graner, llevó al juez que presidía la corte marcial a rechazar la
declaración de culpabilidad de England.
Graner se atribuyó toda la culpa, al
decir que ordenó a la soldado realizar las acciones de que se le
acusa, y que las fotografías tendrían un uso íntimo.
England se declaró culpable de siete
cargos, dos de conspiración, cuatro de maltratos de detenidos y uno
por cometer un acto indecente.
La joven, sin embargo, indicó ser
inocente de los delitos de abandono del deber y acto indecente.
En un principio los abogados de
England defendían la tesis de que su cliente había actuado en
cumplimiento de órdenes superiores, y recabaron, incluso, el
testimonio del vicepresidente estadounidense, Richard Cheney, como
muestra de que los verdaderos responsables de los abusos estaban en
Washington.
Ahora la defensa maniobra, amparada
en la declaración de Charles Graner, para conseguir una pena mucho
menor que la de su ex novio, condenado a 10 años de cárcel.