WASHINGTON, 23 de agosto (PL).—
El llamado del evangelista de ultraderecha Pat Robertson al gobierno
de Estados Unidos a asesinar al presidente de Venezuela, Hugo
Chávez, pone hoy de relieve las denuncias de Caracas sobre los
planes de magnicidio.
"Si él (Chávez) cree que
estamos tratando de asesinarlo, pienso que nosotros realmente
tenemos que ir adelante y hacerlo", subrayó la víspera
Robertson, en su programa trasmitido por la cadena Christian
Broadcasting.
Robertson, ex candidato a la Casa
Blanca, expresó que eliminar físicamente al mandatario venezolano
sería más barato que comenzar una guerra de 200 mil millones de
dólares.
Es mucho más fácil encargar a un
agente clandestino matar al jefe de Estado y terminar con el
problema, señaló.
"Tenemos la capacidad de
eliminarlo y creo que llegó el momento de ejercer esa
capacidad", comentó el tele-evangelista, quien realizó una
intensa campaña a favor de la reelección del presidente George W.
Bush.
Aunque el dirigente de Coalición
Cristiana, un poderoso grupo de presión de la extrema derecha
republicana, ha clamado en reiteradas ocasiones por esa política,
nunca ha sido enjuiciado.
Robertson aboga por abolir la
legislación que prohíbe al Gobierno y los servicios secretos de
Estados Unidos asesinar a líderes extranjeros porque en su
opinión, "es lo más inteligente y barato, y no va en contra
del cristianismo".
Una orden ejecutiva, firmada en 1976
por el entonces presidente Gerald Ford, prohíbe a las autoridades
norteamericanas participar en "conjuras para promover el
asesinato político".
La iniciativa fue aprobada luego de
las investigaciones del Congreso que revelaron los múltiples
intentos del Ejecutivo de asesinar al presidente de Cuba, Fidel
Castro.
Sin embargo, bajo la actual
administración ultraconservadora se abrió el debate sobre la
necesidad de mantener esa normativa.
En reiteradas ocasiones Chávez ha
denunciado los planes de magnicidios elaborados por Washington y
advertido sobre las consecuencias de un acto criminal.
Desde su llegada al poder en 1999,
Chávez enfrenta una férrea política agresiva impulsada por la
administración norteamericana, que tomó parte activa en el golpe
de Estado en su contra hace tres años.
El vicepresidente de Venezuela, José
Vicente Rangel, denunció en febrero la existencia de campos de
entrenamiento ubicado en Everglades, Florida, para invadir a su
país.
Dos años antes, el periódico The
Wall Street Journal publicó un reportaje sobre el tema y mencionó
a varios de los líderes paramilitares.
Pero los planes desestabilizadores de
Washington no encontraron eco en la región, según el diario The
New York Times.
Las declaraciones de Robertson no son
las primeras que se realizan desde Estados Unidos sin que hayan sido
presentados cargos.
En octubre del pasado año, un
opositor declaró al canal 22 de Florida que "la única salida
para Venezuela es que hay que eliminar a Chávez, una persona con un
fusil y mira telescópica, y ya está".