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Primer Partido Comunista de Cuba
Defensor y
continuador de la obra martiana
PEDRO ANTONIO GARCÍA
Fue una época de
fundaciones imprescindibles. El proletariado se organizaba en
federaciones provinciales, para luego crear la Confederación
Nacional Obrera de Cuba (CNOC). Trece jóvenes, tras protestar
contra la corrupción, formaron el núcleo fundacional del grupo
Minorista: una nueva hornada de intelectuales iniciaba su
participación activa en la vida política del país. Los
estudiantes se agrupaban en la FEU.
El
16 de agosto de 1925, en una casa de la calle Calzada, en el Vedado,
un puñado de revolucionarios encabezados por Carlos Baliño, quien
en 1892 había estado junto a Martí en la constitución del Partido
Revolucionario Cubano, y Julio Antonio Mella, fundaron el primer
Partido Comunista de Cuba. Un maestro, José Miguel Pérez, fue
elegido secretario general.
La nueva organización,
a pocos días de fundada, tuvo que pasar a la clandestinidad. Así
vivió la mayor parte de su vida. Y no hubo en ese lapso, como ha
señalado Fidel, "ley o medida en beneficio de los trabajadores y de
los campesinos o del pueblo (...) que no haya sido arrancada a
fuerza de tesón y de lucha por ese primer Partido Comunista de Cuba".
Ese Partido se impuso,
entre otras tareas, la divulgación de las ideas marxistas
leninistas y la formación de una conciencia revolucionaria en
nuestro pueblo. Impulsó, además —como ha subrayado también
Fidel—, las organizaciones sindicales, campesinas, femeninas y
juveniles. Defendió los derechos de los obreros y campesinos.
Luchó contra la injerencia imperialista, los salarios de hambre,
los desalojos campesinos, la discriminación racial y de la mujer.
Y entre sus
indiscutibles aportes al movimiento revolucionario cubano resaltan
su lucha incansable por la unidad, su defensa de las tradiciones
patrióticas nacionales, sobre todo, del pensamiento martiano.
MARTÍ COMO GUÍA
En el movimiento
comunista latinoamericano, salvo contadas excepciones, persistió
una errónea tendencia en la primera mitad de la pasada centuria: en
el colmo de un infantilismo izquierdista, se negaba mecánicamente
al pensamiento patriótico independentista del siglo XIX.
El primer Partido
Comunista cubano fijó su posición desde el mismo día de su
fundación, mediante su órgano periodístico Lucha de clases:
"Con la enseñanza de Lenin, haremos una realidad el postulado
ideológico de Martí adaptado al momento histórico: Con todos y
para el bien de todos".
No es casual que el
primer ensayo marxista escrito tras el nacimiento del primer Partido
por uno de sus fundadores haya sido Glosas al pensamiento de
José Martí. Julio Antonio Mella no solo se propuso rescatar
los valores auténticamente revolucionarios del ideario martiano,
sino demostrar como constituye una guía idónea para la batalla
popular antimperialista.
Al igual que el fundador
de la FEU, Rubén Martínez Villena subrayó (Cuba, factoría
yanqui) cómo Martí ya había pronosticado en su tiempo que la
contradicción principal de la sociedad cubana era entre el
imperialismo norteamericano y nuestro pueblo (Antonio Guiteras lo
recalcaría en Septembrismo).
En la obra ensayística
de Villena, como sucederá después con Guiteras, en el artículo
mencionado, y con Fidel, sobre todo en La Historia me absolverá,
se evidencia la inspiración martiana.
En plena coincidencia
con los próceres anteriores, Blas Roca (secretario general del
Partido de 1934 a 1961) puntualizaría en el aniversario 95 del
natalicio del Maestro los elementos de articulación entre el
pensamiento de liberación martiano y el de los comunistas cubanos,
herederos del legado ideológico del Apóstol —como solía afirmar
siempre Blas— y empeñados en culminar su proyecto nacional
liberador y antimperialista.
Cinco años después
(1953), Carlos Rafael Rodríguez añadiría que lo central del
ideario martiano, "el tuétano antimperialista, la lección de
intransigencia en la salvaguardia nacional, permanece íntegramente
útil y resulta válido para la Revolución de hoy".
En su célebre
entrevista con el periodista Luis Báez, Juan Marinello reveló que
muchos extranjeros le manifestaban su asombro ante la posibilidad de
que alguien pudiera ser marxista y martiano al mismo tiempo. Al
decir del relevante intelectual, desconocían en toda su profundidad
el alcance de la visión política de Martí. Y añadía: "Es un
relevo perfectamente articulado, obligado".
LUCHA POR LA UNIDAD
Desde su VI Pleno, en
1935, el primer Partido se empeñó "en reunir todas las fuerzas
posibles contra la reacción y por la defensa de Cuba contra el
imperialismo". Los comunistas cubanos desempeñaron un relevante
papel en la fundación de la CTC, de la Asociación Nacional
Campesina (antecesora de la ANAP) y del Frente Nacional
Antifascista.
Durante la insurrección
contra la tiranía batistiana, el Partido reconoció la jefatura
revolucionaria de Fidel, si bien al inicio no comprendió su
estrategia, y se incorporó a la lucha armada. Luego del triunfo, se
fusionó con el Movimiento 26 de Julio y el Directorio
Revolucionario en el actual Partido Comunista de Cuba, continuador
del Partido Revolucionario Cubano, del Partido de Mella y Baliño.
"Recordaremos
con emoción —ha expresado Fidel— el día en que, algún tiempo
después del triunfo de la Revolución, y luego de un proceso de
unificación de las fuerzas revolucionarias, Blas Roca depositó en
nuestras manos las banderas gloriosas del primer Partido Comunista
de Cuba".
Llama la atención que,
como sucediera con la Generación del 30 (Mella, Rubén, Marinello,
Blas, Carlos Rafael, Roa...), la Generación del Centenario (Fidel,
Raúl, Abel, Ñico López...) accede al marxismo leninismo desde una
inicial formación martiana. Para la ensayista Olivia Miranda, esta
es una regularidad en la evolución del pensamiento revolucionario
cubano en el siglo XX, que se ejemplifica en el Comandante en Jefe,
quien ha expresado: "En el pensamiento martiano hay cosas tan
fabulosas y tan bellas, que uno puede convertirse en marxista
partiendo del pensamiento martiano".
¿Debemos extrañarnos
entonces de que los jóvenes de hoy, educados en la Revolución, se
proclamen marxistas y martianos, sin contradicciones, y que en
América Latina mediante el ideario de Bolívar, Martí,
Mariátegui, otros jóvenes abracen la causa del Socialismo
científico y estén dispuestos, con la intransigencia que nos
enseñó el Apóstol de la independencia de Cuba, a luchar por la
conquista de un mundo mejor?
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