Tráfico de Camejo
por La Haya
Virginia
Alberdi Benítez
 Cada
vez que el arte cubano contemporáneo logra llamar la atención de
la crítica internacional por sus calidades intrínsecas, nos
embarga un sentimiento de legítima satisfacción, como la del
cosechero que ve crecer sus frutos. Una de las más recientes
nuevas, en tal sentido, provino de Holanda, donde Luis E. Camejo
acaba de exponer sus trabajos en la galería Livingstone, de La
Haya. Bajo el título de Tráfico, sus obras removieron la
opinión por abordar la imagen urbana de la capital cubana sin caer
en estereotipos.
En la crítica aparecida
en la revista Uit, Roos van Put subrayó el dominio de la técnica
en el artista cubano y su sensibilidad para reflejar atmósferas
inquietantes, donde la luz y los efectos de velocidad, desbordan los
tópicos hiperrealistas que se integran como punto de partida de su
pictografía.
Camejo se instala en los
túneles habaneros, recorre La Rampa con la mirada del viandante
atenazado por la prisa, le toma el pulso al estado de ánimo de la
urbe en cada una de sus horas, refleja el temperamento del clima
sobre el paisaje arquitectónico, pero sobre todo, devela un
sentimiento de entrañable identificación con el entorno
capitalino.
En el envío que situó
en La Haya, sobresale el replanteo de la estética op / pop desde un
punto de vista original, que incitó a la crítica holandesa a
especular sobre la vitalidad recobrada por una manera de pintar que
parecía agotada.
Otra publicación,
Tubelight 38, valora los aportes de Camejo al redescubrimiento de La
Habana como motivo de reflexión artística e inscribe el talento
del pintor como parte de un movimiento creativo que ha sido
estimulado por un sistema docente que incluye escuelas de arte a lo
largo y ancho del país.
Luis E. Camejo nació en
Pinar del Río en 1971 y culminó sus estudios en el Instituto
Superior de Arte. Por estos días también ha expuesto sus obras en
la muestra colectiva Cuba, the Next Generation (part 2), en
la galería Elaine L. Jacob, de Nueva York.
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